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1. Que la prima de riesgo lleve varios días por encima de 500 puntos es gravísimo, pero no es lo peor. El problema más urgente no es el déficit público y cómo financiarlo (que también).
Es el enorme agujero de la banca. Y quién lo va a pagar.2. Las cuentas que se hacen los mercados: si Bankia necesita otros 19.000 millones de euros del dinero público para evitar el colapso, ¿cuántos millones harán falta para cubrir los boquetes del ladrillo en el resto de las entidades financieras españolas? Lo dirán los dos auditores extranjeros que van a evaluar a nuestros bancos y cajas, pero algunos informes ya hablan de entre 40.000 y hasta 200.000 millones de euros; entre el 4 y el 20% de nuestro PIB.
¿De dónde va a salir esa montaña de dinero? Es ahí donde la prima de riesgo se convierte en un problema aún peor.3.
España no tiene capacidad para conseguir esa financiación en los mercados porque el tipo de interés sería disparatado, imposible de asumir. Y si España tuviese que financiar todo ese sapo sin ayuda, la prima de riesgo subiría todavía más
hasta forzar el colapso del país. Que el boquete de Bankia pasase de 4.000 millones a 19.000 en apenas una semana no ayuda: da la impresión de que hay un agujero "a la griega", que los balances no son de fiar. Que el presidente salga el lunes en rueda de prensa a decir que no sabe de dónde va a salir el dinero para Bankia ayuda menos aún.
4.
Alemania hace meses que ofrece un rescate al Gobierno. Zapatero dijo no a Merkel en una docena de ocasiones y otras tantas llevará ya a estas alturas Rajoy.
El problema es que un rescate implicaría condiciones durísimas, como las que ya padecen en Grecia, en Irlanda o en Portugal.
Con un rescate, las decisiones políticas las tomarían los acreedores y el primer interés del acreedor es cobrar, no el futuro de la economía del país o el bienestar de la población. El rescate es la última opción. El Gobierno de Rajoy es consciente de estas cuentas y por eso está maniobrando para buscar otra salida a la situación que ha provocado Bankia. Ya ha intentado dos cosas: que el fondo de rescate salve a los bancos - sin pasar por el Estado - y también inyectar deuda pública directamente en los bancos.
5.
Lo de inyectar deuda pública en los bancos parecía una buena idea. La jugada era la siguiente. El Gobierno, en lugar de poner dinero en Bankia (y los demás bancos que necesiten capital), pone papelitos: inyecta bonos del Tesoro. El banco después lleva esos bonos al Banco Central Europeo (BCE), que se los cambia por un préstamo al 1% de interés; la deuda pública sirve como aval. Y así, sin necesidad de sacar una montaña de deuda al mercado de una vez, España va pagando el dinero en cómodos plazos a un tipo de interés mucho más bajo.
¿El problema? Que el BCE ha dicho que no.