Así, desde un mando central, la policía podrá detener el vehículo que sea, cuyos pasajeros parezcan sospechosos. La organización europea de derechos humanos Statewatch denunció estos proyectos secretos.
Si estos planes secretos no hubieran sido conocidos, con el trasfondo del escándalo del "expediente de Snowden" y de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU (NSA), es posible que no hubiesen generado indignación especial. La Comisión Europea aseguró a los ciudadanos que se trata sólo de una medida que pueda ayudar en el arresto de un ladrón de coches, de un posible criminal, o incluso de un coche que simplemente se excedió en la velocidad. EEUU se justificó más o menos con lo mismo: toda la vigilancia se lleva a cabo solo contra sospechosos de terrorismo, y solo en bien de los ciudadanos. Pero, resultó que la NSA registra al día unos cinco mil millones de datos sobre el paradero de teléfonos celulares. Es demasiado si se piensa solo en "sospechosos de terrorismo". Después de las denuncias de Edward Snowden, desde el verano del año pasado y hasta el día de hoy hemos escuchado demasiado, de la vigilancia global, casi general de los ciudadanos corrientes de EEUU y de Europa, señala Mikko Hypponen, un experto mundial en sistemas de seguridad electrónica de la entidad finlandesa F-Secure Corporation. En la prensa se menciona a menudo el "Gran Hermano" de la antiutopía de George Orwell 1984, aunque en su descripción no hay nada, comparable siquiera, con la envergadura real de la intromisión en nuestra vida personal, señala Mikko Hypponen:
- Si miramos el pasado y vemos las previsiones de la envergadura de la vigilancia que George Orwell hizo en su novela, temo que resulte que el escritor era un gran optimista. Y es que hoy vemos tal magnitud de vigilancia de algunos ciudadanos que Orwell no podía siquiera imaginar.