© DesconocidoUno de los lagos de alta montaña de los Pirineos
Los ibones del Pirineo están notando también los efectos del cambio climático. Según el investigador rumano Dragos Zaharescu en los lagos de alta montaña se está registrando un aumentando de la acumulación de metales pesados, como el arsénico y el níquel, lo que supone, según el investigador, "una amenaza potencial para los ecosistemas y las poblaciones", ya que son elementos peligrosos que, "pueden afectar a los cursos de agua que bajan de las montañas".Zaharescu, que ha estudiado estas alteraciones en su tesis de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Vigo, ha recordado que los ibones tienen, "
una alta sensibilidad a los factores medioambientales". Por ello, los lagos de alta montaña, y a raíz de la reducción de la cubierta de nieve o el aumento de la frecuencia de los periodos secos, efectos del cambio climático en el Pirineo, están teniendo, entre otras, esa reacción acumulativa.
El problema es que, según los estudios realizados por el investigador rumano, los niveles de acumulación de los metales pesados, y en concreto el del arsénico y el níquel, "
han superado los límites de seguridad para la protección de la vida acuática en los sedimentos superficiales". Algo preocupante, ya que supone una amenaza potencial para los ecosistemas y poblaciones y que puede afectar a los cursos de agua que descienden de las montañas.