Un aficionado australiano captó 30 chispazos en el cielo que, en vez de caer al suelo, viajaban hacia el espacio.
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En Kiama, Nueva Gales del Sur, Australia, un aficionado filmó un momento único, casi de película. David Finlay, empleado estatal, captó los impresionantes relámpagos rojos que se desplegaban ante su mirada, en el cielo. Su notoria sorpresa tiene una razón de ser: se trata de un fenómeno nunca antes visto con tanta frecuencia desde la Tierra.

Se los conoce como "relámpagos al revés" ya que su trayectoria, a diferencia de la habitual, viaja al espacio en vez de hacia la Tierra. En su video, el aficionado de 44 años exclama una y otra vez: "¡Wow!", "¡No, no puede ser!" a medida que los destellos se repiten una y otra vez, hasta llegar a las 30 ocasiones en dos horas.

"Puse mi cámara en marcha y literalmente en cuestión de minutos - casi sin tiempo para nada - empecé a ver los destellos parpadeando en el horizonte", comentó Finlay. "No lo podía creer, pensé que tendría suerte de capturar uno o dos, lo que hubiera sido fantástico, pero seguían ocurriendo", agregó.

Finlay filmó el extraño fenómeno durante dos horas entre las 21 y las 23 del martes desde Little Blowhole, en Nueva Gales del Sur. Aseguró que vislumbraba los destellos a 300 kilómetros de distancia y que eran visibles pese a producirse a 90 kilómetros de la Tierra. A su vez, dijo que cada relámpago tenía unos 15 kilómetros de largo.

En las imágenes parecen chispas rojas. En realidad, son eventos luminosos transitorios que se producen a partir de una descarga eléctrica durante una tormenta. En lugar de desplazarse hacia abajo y terminar en el suelo, como cualquier relámpago, viajan hacia el espacio. De allí su apodo: "relámpagos al revés".

"Los destellos de iluminación son un fenómeno extremadamente raro, y ver tantos en un lugar es, a la vez, muy inusual", explicó Finlay. "Mostré el video a especialistas en tormentas y todos estaban asombrados. Nunca habían visto nada parecido o habían oído hablar de algo similar en Australia", continuó.

Hace poco tiempo, los relámpagos espaciales eran más bien considerados ilusiones ópticas. En los '80, distintos pilotos de aviones comenzaron a advertir y denunciar los extraños destellos ascendentes, pero nadie creyó en ellos. Decían que era fruto de la imaginación. Sin embargo, las imágenes, ya cada vez más frecuentes, comprueban que en verdad existen.