El yoga y la meditación se han ganado a pulso su popularidad como prácticas efectivas para la reducción del estrés y la ansiedad, así como de la inflamación -lo cual ayuda a prevenir diversos padecimientos, como enfermedades del corazón y cáncer-. Pero esto no es una teoría de los fanáticos de prácticas holísticas, sino que se ha comprobado científicamente.
vagus nerve
Las investigaciones recientes descubrieron que el factor clave para que se den los beneficios del yoga y la meditación parece ser el nervio vago. El vago es el nervio craneal de mayor longitud y se encarga de enviar mensajes entre el cerebro y los aparatos respiratorio, digestivo y nervioso. A la vez, este canal de comunicación que recorre prácticamente todo tu cuerpo es el encargado de facilitar nuestra capacidad de calmarnos a través de la activación de una respuesta de relajación dirigida al sistema nervioso parasimpático. Como consecuencia, se logra una disminución en los niveles de estrés, ansiedad e inflamación.

De acuerdo con el instructor de ashtanga yoga, Eddie Stern, "el nervio vago es conocido también como el nervio de la emoción". Éste influye en nuestra sensación de seguridad, protección y en nuestra posibilidad de sentir que tenemos una base sólida. Por eso, las prácticas que disparan el buen funcionamiento de este nervio son la clave para sentir una mejora de estado de ánimo general.

Consigue un tono vagal óptimo

El tono vagal es un indicador fisiológico de vulnerabilidad ante el estrés. Si éste es bajo, hay mayor probabilidad de sentir ansiedad, caer en la negatividad, padecer depresión y problemas digestivos e inflamación. Por el contrario, un tono vagal óptimo indica bienestar psicológico, buen manejo del estrés y equilibrio emocional. Como se comprobó en un estudio realizado por la Universidad Carnegie Mellon en el 2016, el yoga, las estrategias de mindfulness y la meditación ayudan a mejorar el tono vagal. En este estudio, 35 participantes que realizaron actividades mindfulness pudieron manejar mejor situaciones estresantes además de presentar niveles más altos de conectividad cerebral y menor inflamación, es decir, mejoraron su tono vagal considerablemente.

Una de las características de prácticas como el yoga es que generan en sus seguidores una mayor capacidad de adaptabilidad. Con ello, son capaces de enfrentar situaciones inesperadas, cambios e incluso resultados no deseados con mayor calma. Cuando esto sucede, logran generar alternativas de acción más positivas, en lugar de estancarse en estados de depresión o de falta de aceptación de la realidad.

Según Stern, otra de las maneras de conseguir un tono vagal óptimo es mediante la práctica de la amabilidad y la gratitud. De hecho, un metaanálisis realizado en el 2015 y publicado en Frontiers in Psychology respalda esta teoría. En dicho estudio, las personas que hacían meditaciones de amabilidad y amor tuvieron respuestas más moderadas al estrés. La razón: la respiración genera un tipo de resonancia, la cual llega a los sistemas nerviosos simpático y parasimpático haciéndolos trabajar de forma equilibrada y armónica. Dicha resonancia refiere al hecho de que el ritmo cardíaco, la presión arterial y las ondas cerebrales se presentan en una frecuencia coherente.