George Soros está alarmado. El mes pasado, el especulador multimillonario dijo al Financial Times:
"Es otra vez un déjà vu, con un gran cambio - la ideología dominante en el mundo ahora es el nacionalismo", dijo Soros. "La UE es la institución que está al borde de un colapso. Y Rusia es ahora el poder resurgente, basado en el nacionalismo".
Soros se pokazuje kao elitistički licemjer dok se obraća nazočnima u Davosu
© Jason Alden / Bloomberg / Getty Images
No me sorprendió leer su predicción sobre la Unión Europea. Su tono condenatorio contra Rusia (a quien ha acusado de piratear sus correos electrónicos en 2016) tampoco fue una sorpresa. La campaña occidental de demonización contra ese país ha llevado incluso a acusar a Rusia de haber "hackeado" los Oscars, así que en estos días se puede esperar cualquier cosa a ese respecto.

Sin embargo, me intrigaron sus comentarios sobre el nacionalismo, una "ideología" contra la que se comprometió a "luchar" mientras anunciaba que seguiría siendo presidente de las Open Society Foundations (OSF) durante otros cinco años. En octubre pasado, Soros transfirió 18.000 millones de dólares a la organización, aparentemente como parte de su intento por "detener a los nacionalistas" en todo el mundo.

En esta entrevista de la CNN de 2014, Soros profundizó un poco más al explicar su problema con el nacionalismo ruso:
ZAKARIA: Ha sido usted muy pesimista o - o desalentador con respecto a Europa. ¿Cree usted que en esta situación de Ucrania se está viendo otro aspecto de la tragedia de Europa, la falta de acción colectiva?

SOROS: Desafortunadamente, Europa está muy débil. Está preocupada por sus problemas internos, que no están resueltos. El euro - la crisis del euro ya no es una crisis financiera, se está convirtiendo en una crisis política. Y lo verán en las elecciones. Y - y Putin...

ZAKARIA: Explica lo que eso significa. ¿Va a ser... vamos a verlo en las elecciones porque veremos el surgimiento de fuerzas nacionalistas y antieuropeas?

SOROS: Sí. Y lo interesante es que son apoyadas por Rusia y prorrusos. Así pues, Rusia ha surgido como alternativa a la Unión Europea. Putin ha salido del armario en Ucrania con una ideología nacionalista basada en el nacionalismo étnico. Podrías llamarlo rusismo...

ZAKARIA: Cierto.

SOROS: - Esa es una palabra nueva para describirlo, porque no quiero llamarlo nazi, porque es muy similar a lo que tuvimos en la época interbélica... fascismo. Ya sabes...
"Nacionalismo étnico, rusismo, nazismo, fascismo... ya sabes..."

Es cómico escuchar a Soros tirar términos maliciosos con la esperanza de que uno de ellos pueda tocar una fibra sensible. También es irónico que lo haga en el contexto de hablar de Ucrania. No mencionó que los "rusos étnicos" del este de Ucrania que reciben la ayuda humanitaria rusa se habían levantado en protestas porque un golpe de Estado auspiciado por Occidente derrocó al gobierno de Viktor Yanukóvich, elegido democráticamente, y lo reemplazó por nacionalistas ucranianos que tienen a neonazis entre sus miembros.
ZAKARIA: Proteger a sus grupos étnicos con la fuerza militar, si es necesario...

SOROS: Bueno, es más que eso. Es... como una ideología, un nuevo tipo de mito de la superioridad rusa. Si ustedes, los que ven los discursos de Putin... él ha revelado este nuevo mito de la superioridad genética rusa. Es posible que lo hayan escuchado de otra persona. Es una nueva ideología basada en la superioridad étnica rusa.

ZAKARIA: Y como usted dice, muchos de estos nacionalistas que estamos... a quienes les va bien en Europa... estas elecciones europeas parecen muy prorrusas...

SOROS: Sí.

ZAKARIA: ...ya sea a la izquierda o a la derecha. ¿Cree usted que este nacionalismo podría desintegrar la Unión Europea?

SOROS: Sí. Es una amenaza real. Y... y Europa necesita reconocerlo. Y de hecho, tenemos que reconocerlo. Necesitamos una política exterior bipartidista. Solíamos tener eso y lo hemos perdido. Así que necesitamos restablecerlo, porque hay una amenaza real. Es un retroceso... es una amenaza para Estados Unidos, también, porque lo que está ocurriendo en Ucrania y en Europa está teniendo repercusiones en Asia. Ya sabes, la plataforma de perforación china que está determinando los hechos sobre el terreno...
La observación sobre la "superioridad étnica/genética rusa" es desconcertante. Nada en las acciones o discursos del gobierno ruso desde que estalló la crisis ucraniana sugiere una cuestión racial y mucho menos agresiva, lo que nos deja sólo con la acusación de Soros de que la política rusa está motivada por motivos raciales. Teniendo en cuenta la cantidad de influencia que este hombre tiene sobre la política en los Estados Unidos y en otros lugares, naturalmente uno se pregunta si él está causando la histeria antirrusa en los Estados Unidos y Europa en lugar de ser sólo una de sus víctimas ingenuas.

Rusia no es el único blanco de Soros. Fíjese en su comentario anterior sobre China. Soros también dijo algo sobre Donald Trump en el Foro Económico Mundial de Davos el mes pasado: "Considero que la administración de Trump es un peligro para el mundo". Y añadió una amenaza disimulada: "Pero lo considero un fenómeno puramente temporal que desaparecerá en 2020, o incluso antes".

Lo que Rusia, China y algunos países de Europa del Este tienen en común es la resistencia a la intervención extranjera en sus asuntos; Soros califica esto de "nacionalismo", en un sentido despectivo. Trump también está en ese bando, aunque la queja de Soros contra él es que Trump ha amenazado con dejar de permitir que EE. UU. sea utilizado como vehículo para la intervención extranjera respaldada por Soros. El nacionalismo es evidente en la forma en que Rusia y China se han desempeñado en la escena geopolítica en los últimos años, aunque no es el nacionalismo racial, expansionista y "fascista" que Soros imagina.

En el caso de Trump, su nacionalismo se expresa en su programa "Estados Unidos Primero", cuyo objetivo es "hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande". Con esto busca reorientar a EE. UU. para alejarlo de las intrigas extranjeras hacia la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, no está claro si lo conseguirá. El Pentágono aún está totalmente comprometido con las fuerzas subsidiarias en Siria, y amenaza con expandirse a otros lugares. Esto agota los recursos humanos y económicos de Estados Unidos y traiciona el principio de no intervención que Trump adoptó explícitamente.

A pesar de los pocos cambios observables en la política exterior respecto a las administraciones estadounidenses anteriores, para George Soros, donante multimillonario de la campaña de Hillary Clinton, Trump no es más que un gánster, y lo mismo vale para Putin:
"Las sociedades abiertas están en crisis, y varias formas de dictaduras y Estados mafiosos, ejemplificados por la Rusia de Putin, están en ascenso. En Estados Unidos, al presidente Trump le gustaría establecer un Estado mafioso pero no puede, porque la Constitución, otras instituciones y una sociedad civil virbrante no lo permitirán".
Es evidente que EE. UU. tiene un "Estado mafioso" (aunque se lo llama "Estado profundo") que rutinariamente ignora las leyes vigentes y actualmente mantiene a su presidente como rehén, mientras que la "vibrante sociedad civil" a la que Soros se refiere es la #Resistencia de la izquierda radical que amenaza con destruir las instituciones occidentales tal como las conocemos y a la que él personalmente ayudó a "activar" en nombre de ese Estado mafioso.

El que se entromete en las democracias por excelencia

George Soros es admirado como filántropo gracias a sus generosas donaciones a causas caritativas. Éstas inevitablemente vienen con condiciones, porque él dona a través de su OSF a causas que impulsarán su particular visión ultraliberal del mundo y no lo que los países destinatarios podrían elegir por sí mismos. Esto es similar a la forma en que el FMI y el Banco Mundial dictan las políticas económicas de los países a los que "ayudan".
hillary soros
La relación entre Hillary Clinton y George Soros se remonta a mucho tiempo atrás
Esta semana nos enteramos de que Soros donó 400.000 libras esterlinas al grupo de presión proeuropeo "Best for Britain", cuyo objetivo es impedir que se produzca el Brexit. Soros mismo admitió en Davos que "le gustaría que Gran Bretaña siguiera siendo miembro de la UE o que se reincorporara a ella". Sin embargo, este asunto sólo puede decidirlo el público británico (o el parlamento británico en su nombre) y ya lo ha hecho. Imagínense los titulares si un "oligarca" ruso hubiera hecho una donación a cualquiera de los bandos en la campaña del Brexit...

En el pasado, las ONG e iniciativas de Soros han sido acusadas de interferir en los procesos democráticos y de buscar un "cambio de régimen" en varios países bajo la apariencia de una "promoción de la democracia". Por ejemplo, en 2005, la Fundación Soros lanzó el programa "Una Europa más amplia", dirigido a los Estados postsoviéticos de Bielorrusia, Georgia, Moldavia y Ucrania como "futuros socios" de la UE a través de iniciativas educativas, jurídicas y políticas.

Los comentarios de Soros sobre Ucrania y Rusia son aún más hipócritas ya que, en junio de 2016, DC Leaks (página web que actualmente se encuentra caída) publicó 3.000 documentos de los grupos de Soros que revelaron su participación en el golpe de Estado de 2014 contra Yanukovich. Preocupado por el hecho de que muchos en Europa estaban "dudando" de la legitimidad del nuevo régimen en Kiev, uno de los grupos de Soros, la Open Society Initiative for Europe, divulgó un documento interno en 2015 que pedía:
"[estimular] el debate y la duda en los movimientos, partidos y audiencias" en Europa donde una percepción negativa de la "transformación" de Ucrania era "muy preponderante"; desacreditar la idea de que "la independencia e integridad de Ucrania es una causa ideológica de la derecha"; influenciar la forma en que se escucha y se percibe la información sobre Ucrania en Europa, "especialmente entre los que dudan".

Soros es un hombre jugando a ser Dios. Es comprensible que algunos gobiernos nacionales que han visto los frutos de sus acciones estén molestos con él. El primer ministro húngaro Viktor Orbán está preocupado por el "plan Soros" para debilitar Europa y destruir (lo que queda de) su herencia cristiana dirigiendo la inmigración masiva hacia el continente. András Aradszki, secretario de Estado de Energía de Hungría, llegó a comparar a Soros con Satanás. Los húngaros pueden estar exagerando con sus metáforas, pero esencialmente están en lo cierto al señalar la cantidad desproporcionada de poder que una sola persona puede tener sobre el destino de naciones enteras. Considere que Wikileaks publicó un correo electrónico del 24 de enero de 2011 en el que Soros dio "recomendaciones" específicas y por etapas a la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton sobre cómo lidiar con las manifestaciones en Albania, las cuales cumplió debidamente, lo que indica fuertemente que las recomendaciones eran de hecho instrucciones.

@wikileaks: "Soros le dijo a Hillary Clinton (como secretaria de Estado) que interviniera en la política nacional albanesa y ella lo hizo tal como él lo indicó."
Es posible que Soros crea que está haciendo lo correcto, aunque claramente no es así. En esta entrevista en 60 Minutes realizada en 1998, Soros intentó conciliar sus actividades como especulador financiero, que han hundido las economías nacionales, con sus actividades como "filántropo". No tuvo éxito...
  • "No puedo y no veo las consecuencias sociales de lo que hago" como especulador financiero. [2:40]
  • George Soros es "una persona que alguna vez se dedica a actividades amorales y el resto del tiempo trata de ser moral". [6:35]
  • "No me siento culpable, porque realizo una actividad amoral que no tiene nada que ver con la culpa". [11:24]
La ausencia de fronteras equivale a una intervención total

¿Desde cuándo el nacionalismo se ha convertido en una mala palabra?

En términos generales, podemos entender el nacionalismo como "un sistema político, social y económico caracterizado por promover los intereses de una nación en particular, particularmente con el objetivo de lograr y mantener el autogobierno o la soberanía plena sobre la patria del grupo". Puede describir ya sea la actitud de los miembros de una nación para cuidar de su identidad nacional, o las acciones que toman "cuando buscan alcanzar (o sostener) la autodeterminación".

Durante la mayor parte del siglo XX, el nacionalismo fue considerado un objetivo virtuoso y digno en la mayoría de los países. El valor del nacionalismo parece haberse erosionado en el discurso público debido a la ideología emergente centrada en el globalismo, la globalización y un mundo sin fronteras. El globalismo puede definirse como "una política nacional de tratar al mundo entero como una esfera apropiada para la influencia política" o como "la idea de que los acontecimientos en un país no puedan separarse de los de otro y que la política económica y exterior debe planificarse de manera internacional".

Globalización es un término que se usa a menudo en lugar de globalismo, pero generalmente se refiere a "un proceso de interacción e integración entre las personas, las empresas y los gobiernos de diferentes naciones, un proceso impulsado por el comercio y la inversión internacionales y facilitado por la tecnología de la información". Curiosamente, la mayoría de las definiciones de globalización enfatizan que el proceso es principalmente económico, y que los aspectos sociales o culturales le siguen a la economía.

Las personas de mentalidad liberal pueden sentirse entusiastas por un mundo sin fronteras porque facilita la visión utópica de que sin Estados nacionales no habrá diferencias entre las personas; por lo tanto, no habrá más guerras ni más personas desfavorecidas "abandonadas". Pero esta perspectiva es extremadamente ingenua. Los beneficios que las personas han obtenido de la globalización (mayor libertad de movimiento, más acceso a los bienes de consumo y más acceso a la información a través de las tecnologías de la comunicación como Internet) deben sopesarse contra el daño causado por la facilidad con la que la riqueza y el poder concentrados pueden "acceder al mercado de las ideas" (la mente de las masas, en otras palabras) y forzar su ideología particular a lo largo y ancho de la "sociedad global", lo que ha llevado a la erosión de los vínculos sociales y culturales y a la consiguiente erosión del capital moral, definido por el psicólogo Jonathan Haidt como:
"el grado en que una comunidad posee conjuntos de valores, virtudes, normas, prácticas, identidades, instituciones y tecnologías que se entrelazan bien con los mecanismos psicológicos evolucionados y, por lo tanto, permiten que la comunidad suprima o regule el egoísmo y posibilite la cooperación".
Una entidad "internacionalista" apátrida como lo es George Soros no tiene ningún interés en "relacionarse bien con los mecanismos psicológicos evolucionados de la comunidad"; busca moldear a la comunidad desde el exterior. En lugar de un mundo en el que todos somos hermanos sin fronteras, nos encontramos con que el debilitamiento de las fronteras ha facilitado la concentración del poder por parte de unos pocos que, como Soros, pueden dictar la política exterior (¡incluso al hiperpoder global!) enviando un rápido correo electrónico, cambiar la opinión pública sobre los debates nacionales importantes transfiriendo fondos desde su ordenador y logrando que el candidato "ideológicamente correcto" gane o pierda las elecciones.

Hay otra razón por la que la utopía mundial no cumple su promesa. La magnitud de la estructura de gobernanza global en un mundo plenamente globalizado es tan vasta, tan abarcadora, tan totalitaria, que la élite de los altos mandos necesariamente ha perdido contacto con la realidad que viven las masas de abajo. Jordan Peterson explica este abismo en el siguiente vídeo, en el que trata la historia bíblica de la Torre de Babel:


Esto no significa que la organización social no pueda desarrollarse más allá del Estado-nación en una forma diferente de organización social. Pero así como una psique humana sana requiere el establecimiento de límites razonables para interactuar con otros, los Estados nacionales no pueden darse el lujo de ceder ciegamente a las fuerzas del globalismo.

George Soros representa el globalismo. Por lo tanto, la única razón posible por la que puede condenar el nacionalismo como cuestión de principio es que obstruye el globalismo/la globalización. En su mente, Rusia, China e incluso Trump son "dictadores" y "mafiosos" porque amenazan con limitar su influencia global, ya sea que él crea o no en su propia narrativa liberal virtuosa. Esta lógica no es diferente a la de un maltratador que acusa a su víctima de crueldad porque ella no le permite tomar el control de su vida.