Los traficantes de seres humanos tienen ahora en su punto de mira a España como destino para su despreciable negocio con los inmigrantes. «Los números hablan claro, con amplia satisfacción del ministro del Interior Salvini: la ruta libia se está visiblemente cerrando disminuyen las salidas y los desembarcos. Por el contrario, crece la ruta marroquí-española y, parcialmente, la tunecina», destaca en su primera página La Stampa, periódico riguroso que cita fuentes de los servicios secretos italianos.
Un migrante se sienta a bordo del barco de rescate de la ONG Proactiva Open Arms en el mar Mediterráneo central.
© ReutersUn migrante se sienta a bordo del barco de rescate de la ONG Proactiva Open Arms en el mar Mediterráneo central.
Desde hace unas semanas, algunos medios han advertido que se estaba produciendo un cambio notable en las vías de los inmigrantes para su aventura de atravesar el Mediterráneo camino de Europa: los traficantes dirigían su «mercancía» hacia España. Ahora se confirma plenamente con datos.

«Sobre la mesa del gobierno ha llegado un informe actualizado de nuestros servicios de inteligencia. Se asegura que la estrategia de cierta "maldad" del gobierno está funcionando -escribe La Stampa-. Las salidas de los puertos libios se van reduciendo y la Guardia costera libia es más eficiente con respecto a hace un año. Sobre todo, al poner fuera de juego a los barcos humanitarios de las ONG, de hecho ese factor de atracción ya no existe». En la práctica, esto supone que los traficantes de seres humanos saben que ya no es suficiente poner en el mar una lancha neumática, en parte desinflada, con un motor incapaz de llegar a las costas italianas y con poco carburante.

Ahora los traficantes son conscientes de que necesitan muchos más medios. Por ejemplo, necesitan embarcaciones, aunque sean viejos pesqueros, capaces de atravesar el mar con motores adecuados, y, en definitiva, se requiere contar con marineros en condiciones de dirigir una nave. Todo esto representa algo completamente distinto a lo que venían haciendo los traficantes en los últimos años: compraban a bajísimo coste lanchas neumáticas de fabricación china, algunas ya viejas, y las llenaban de inmigrantes hasta rebosar, sabiendo que no podían llegar muy lejos. Obviamente, los traficantes libios se pueden adaptarperfectamente a esta nueva situación, pero necesitarán tiempo. En todo caso, el informe de los servicios secretos italianos va más allá de la situación libia y alarga el horizonte de actuación de los traficantes de seres humanos.

La nueva ruta

El dossier de los servicios de inteligencia italiana precisa que se están reduciendo notablemente los números de pasajeros por Níger, un paso de tránsito que hasta ahora parecía obligado para unir los países del África subsahariana con Libia. El informe aporta esta conclusión destacada por La Stampa:
«Los traficantes de seres humanos, esa miríada de gente sin escrúpulos que a cualquier nivel y en cualquier etapa se lucra sobre la desesperación de los inmigrantes, ha llegado a la conclusión de que la ruta libia, por el momento, no funciona y se están reorientando rápidamente. Mejor dirigirse hacia Marruecos, para después hacer el salto hacia Europa llegando a España. Y también, pero en segundo plano, vale la pena mirar a Túnez».
Estas valoraciones de la inteligencia italiana son confirmadas también por Frontex, la agencia europea que vigila las fronteras externas de la Unión Europea.
«En el mes de junio -escribe Frontex- por primera vez la llamada ruta del Mediterráneo occidental (la que pasa por Marruecos y España) se ha convertido en la más activa entre las rutas de inmigración hacia Europa. El número de inmigrantes que ha entrado en España ha crecido hasta un 166 % con respecto a los números de hace un año. Se han registrado 6.400 llegadas solo en junio. En la primera mitad del 2018, ha habido 14.700 inmigrantes irregulares que han atravesado esta ruta del Mediterráneo occidental (la de Marruecos y España)», apunta un informe de la agencia europea citado por La Stampa.
Malienses y guineanos

En esta ruta hay muchos ciudadanos marroquíes, pero a la cabeza de las estadísticas están los inmigrantes de Mali y de la República de Guinea.

La Organización Internacional para las migraciones (OIM) aporta estos datos que confirman la nueva ruta de los traficantes. Desde el primero de enero al 29 de julio, han llegado a España 22.858 inmigrantes irregulares; en el mismo periodo del 2017 la cifra fue de 6.513. Solo en el mes de julio 7.782 personas han llegado a España.
«Las noticias de última hora -escribe La Stampa- hablan de una carrera hacia España: 1.200 inmigrantes entraron por el estrecho de Gibraltaren en tan solo un fin de semana. Y los centros de acogida españoles se han llenado hasta lo imposible. Precisamente, parece que estemos viendo las crónicas italianas de hace un par de años».
En definitiva, cambia la ruta de los traficantes de seres humanos, en gran medida porque Italia está teniendo muy buenos resultados en materia de inmigración tras sus acuerdos con Libia, ratificados con un viaje del vicepresidente del gobierno y ministro del Interior, Matteo Salvini. La última prueba la hemos tenido en esta semana: el remolcador «Asso 28», con bandera italiana, rescató a 108 inmigrantes y los devolvió a Libia. Hace tan solo unos meses, el remolcador los hubiera traído a Italia.