Traducido por el equipo de Sott.net

O, cómo una oligarquía hemisférica izquierda prefrontalmente dañada se agarra a todo lo que puede en un intento desesperado por controlar algo divorciado de la realidad.
Brain
© VITSTUDIO/SHUTTERSTOCK¿Hemisferio derecho o izquierdo?
He escrito un poco sobre The Matter With Things, de Iain McGilchrist, y me parece que seguiré contemplando este trabajo durante mucho tiempo. Como recientemente estuve releyendo parte de él, no puedo evitar hacer las correlaciones obvias entre la naturaleza y las acciones del hemisferio izquierdo y la naturaleza y la acción de los psicópatas globales que están tratando de apoderarse del mundo.

Para aquellos que no estén familiarizados con McGilchrist, se trata de un psiquiatra, filósofo y autor cuya tesis principal es que el mundo occidental está inclinándose hacia una perspectiva del hemisferio izquierdo. A partir de dos obras maestras (The Master and His Emissary y The Matter With Things), ha dilucidado esta idea hasta un grado de rigor extraordinario.

He realizado una serie basada en parte del último capítulo de The Master and His Emissary, por si le interesa una visión completa de un mundo dominado por el hemisferio izquierdo: se parece espantosamente al 1984 de Orwell, a la China del siglo XXI o al FEM.

El hemisferio izquierdo tiene que ver con nuestra capacidad de utilización (hacer uso de las cosas), expresando la voluntad del ego mediante su acción sobre el mundo, manipulando el mundo para obtener alguna utilidad. Mientras que el hemisferio derecho es muy diferente y tiene un alcance más amplio. Se podría pensar en el hemisferio derecho como algo que responde al mundo más allá de sí mismo, con una comprensión del "todo", del "panorama general", si se quiere. McGilchrist propone que, al interactuar con el mundo, el hemisferio izquierdo a-prehende (del latín ad + prehendere, aferrarse) y el hemisferio derecho com-prende (de cum + prehendere, mantener unido).

Ahora bien, cuando observo a los psicópatas en el gobierno y en estas grandes organizaciones internacionales, veo mucha "aprehensión". Existe mucho aferramiento al control. El "agarre" por parte de la mano derecha es una característica clave del hemisferio izquierdo, y no se trata sólo de un asimiento físico. El desarrollo del habla en el córtex frontal izquierdo está estrechamente asociado con el córtex motor para el movimiento de la mano derecha. Todos hemos visto a niños señalar con el dedo un objeto al nombrarlo: señalar y nombrar van de la mano. Más aún, el área del habla del hemisferio izquierdo se activa con el asimiento y la manipulación: parece que esta íntima conexión entre el agarre físico y el lenguaje en el hemisferio izquierdo va en ambas direcciones.

Así que cuando hablamos de personas que se aferran al poder y al control nos referimos al lenguaje y a los actos físicos. No es de extrañar, ¿verdad? Pero las cosas se ponen realmente interesantes cuando el hemisferio izquierdo ve dañada su capacidad de pensar y razonar adecuadamente.

(Puede usted asociar con toda libertad los hemisferios izquierdo y derecho con la izquierda y la derecha de la política - aunque no sea esto en absoluto lo que McGilchrist ha insinuado - pero creo que es una divertida y estrafalaria coincidencia de nuestro lenguaje).

Cuando se daña el córtex frontal izquierdo (el área asociada con el lenguaje y el pensamiento de orden superior), ya no existe un control total sobre la mano derecha, ésta puede adquirir vida propia:
Tras la pérdida del control inhibitorio a causa de un accidente cerebrovascular -lo que se conoce como fenómeno de "liberación"-, una mujer descubrió que su mano derecha tendía espontáneamente a estirarse y agarrar los objetos (p. ej., los pomos de las puertas) que encontraba a su paso; en otro caso, la mano cogía un lápiz al azar y empezaba a escribir. Un paciente diestro que había sufrido un infarto del córtex frontal medial izquierdo tenía problemas de asimiento espontáneo que ya no podía inhibir. Otra, también tras un infarto frontal izquierdo, descubrió que su mano derecha "mostraba una tendencia incontrolable a extenderse y agarrar objetos para luego ser incapaz de soltarlos". La paciente mostraba repetidamente su asombro ante estas acciones. A veces la mano derecha interfería con las tareas que realizaba la mano izquierda, y ella intentaba contenerla encajándola entre sus piernas o sujetándola o abofeteándola con la mano izquierda." (McGilchrist, 2021, pág. 183-184
Esto también es cierto para los zurdos, ya que el control del hemisferio izquierdo sobre la prensión es un proceso cognitivo prefrontal. En un hemisferio izquierdo plenamente funcional, agarrar las cosas siempre tiene que ver con la manipulación y la utilidad, pero sin razonamiento se convierte en agarrar cualquier cosa a lo loco.

No puedo evitar ver que parte de ese aferramiento desquiciado a cualquier cosa cercana en beneficio de la "narrativa" es muy similar a un derrame prefrontal izquierdo. "No puedo pensar con claridad, pero al menos todavía puedo seguir agarrando cosas".

El hemisferio derecho, por el contrario, se dedica a explorar el mundo, en lugar de simplemente agarrar, sin la finalidad única de hacer uso de lo que pueda agarrar. Cuando se realizan movimientos exploratorios (siempre con la mano derecha), es el hemisferio derecho el que está principalmente implicado, muy diferente de los motivos de agarre o control del izquierdo.

Y si podemos deducir algo del mundo natural más allá de nosotros mismos, hay que señalar que los grandes simios y los monos extenderán la mano derecha para utilizar un objeto inanimado, pero la izquierda hacia algo vivo. Como ya he escrito en otras ocasiones, el hemisferio izquierdo no comprende lo vivo -todo es una re-presentación "muerta" de lo que hay "ahí fuera" e ignora en gran medida la experiencia directa del mundo vivo. Una vez más, no puedo evitar hacer la comparación entre la burocracia de los gobiernos de hoy en día y el aferramiento del hemisferio izquierdo a lo no vivo (gráficos, estadísticas, teorías, narrativas, en contraposición a las personas y situaciones reales) en beneficio de las utilidades. Podrían no tener ventanas en sus torres de marfil porque seguro que no miran al mundo real desde ellas.

En cuanto a la comprensión de lo inanimado, el lenguaje (del hemisferio izquierdo) puede consistir más en cartografiar el mundo que en "comunicarse". Un mapa no es el mundo, es una representación. Es una abstracción útil. También es algo no vivo. Las palabras se convierten en símbolos o signos de las cosas y la gramática en un esquema de cómo se relacionan las cosas y cómo podemos desplazarnos y manipular el mundo con eficacia. McGilchrist lo explica así:
Del mismo modo que un mapa nos permite ver cosas que la mera vida "a ras del suelo" nunca nos permitiría ver, así el lenguaje, la manipulación de esos símbolos, nos permite ver, como "desde arriba", lo que el impacto abrumador de la experiencia inmediata nos oculta. Permite comparar hipótesis alternativas y examinar sus consecuencias previsibles. Por primera vez podemos "desconectarnos" y jugar con las formas. He comparado el uso del lenguaje por parte del hemisferio izquierdo con el mapa de campaña estratégico del territorio de un general, que tiene los datos importantes para el objetivo claramente señalizados, pero que deja fuera casi todo de la realidad del terreno que cartografía. En un mapa, eso no es una debilidad, sino precisamente la fuente de su fuerza y utilidad. (McGilchrist, 2021, pág. 185)
No sé ustedes, pero cuando veo ese vídeo de Bill Gates y su mesa de luz y un gráfico exponencial del crecimiento de la población, veo un hemisferio izquierdo "desconectado" y jugando con formas para "agarrar" un mapa, un plan, una solución abstracta a un problema abstracto. Ahora bien, como señala McGilchrist, los mapas son herramientas poderosas, tienen una gran utilidad - pero cuando confundes el mapa con la realidad y luego actúas con muchos recursos ante una abstracción que has confundido con la realidad - podemos meternos en un gran problema.

Usted sabe... como tapar el sol... ese tipo de grandes problemas.

Así que el hemisferio izquierdo utiliza las palabras como signos arbitrarios, pero para el hemisferio derecho esas mismas palabras están fusionadas con aspectos de la realidad que representan. Cuando a los sujetos se les ha suprimido temporalmente el hemisferio izquierdo han indicado que las cosas eran nombradas debido a alguna realidad sobre ese objeto. El hemisferio derecho veía una relación intrínseca entre la palabra y la realidad. Por ejemplo, "el sol se llamaba así 'porque brilla', el pan porque es 'muy sabroso y fresco', los espaguetis porque son 'lo que se come con queso'". Estos sujetos no podían aceptar que estos objetos pudieran ser renombrados - para el hemisferio derecho el nombre formaba parte de lo que era el objeto. Así que el lenguaje es como otro sistema de signos, el dinero, en el que el signo tiene una conexión con el mundo real y no se refiere únicamente a sí mismo. Esto también puede ser problemático, por lo que el hemisferio izquierdo introduce la separación entre las palabras y la realidad, la naturaleza abstracta de las palabras.

El problema en este mundo propagandizado en el que vivimos es que hay más abstracción de las palabras que de la relación entre la palabra y la realidad. Es demasiado para tratarlo aquí, pero Orwell escribió largo y tendido sobre la importancia de que el lenguaje modele el pensamiento. La facilidad con la que alterar el lenguaje altera los pensamientos y las perspectivas -el lenguaje y el "aprehender" está íntimamente entrelazado. Estamos en una época en la que tenemos que aclarar continuamente lo que alguien está diciendo: "¿Qué quieres decir cuando dices eso?". Porque las palabras se están divorciando de lo que hemos conocido como realidad.
La "ciencia" se convierte en una suposición del gobierno o en un mandato, la "seguridad" se convierte en obediencia, el "cambio" se convierte en catástrofe, el "carbono" se convierte en algo abominable, el "suicidio" se convierte en lo mejor que puede hacerse.
De nuevo, volviendo al principio, no necesitamos pura aprehensión por parte de los psicópatas del hemisferio izquierdo, sino primero comprensión por parte del derecho. Sí, necesitamos " aprehender" el mundo de muchas maneras, y sí, necesitamos el dominio utilitario del hemisferio izquierdo, pero no para substituir la comprensión del panorama general y, desde luego, no antes de explorar y sopesar todas nuestras opciones (y no sólo por utilitarismo). Pero lo que estoy viendo es una oligarquía del hemisferio izquierdo prefrontalmente dañada que se aferra a todo lo que puede en un intento desesperado de controlar algo divorciado de la realidad.

No quiero que esto suene como una caricatura. Me doy perfectamente cuenta de que esta gente es "inteligente" dentro de su psicopatología (o no podrían salirse con la suya como lo han hecho). Pero también veo la desviación hacia el hemisferio izquierdo, filtrada a través de los medios de comunicación, los departamentos gubernamentales, las universidades y cualquier parte que pueda alcanzar con su agarre de la mano derecha.

Referencia:
McGilchrist, I. (2021). The matter with things: Our brains, our delusions, and the unmaking of the world. London: Perspectiva Press