Israel no invadió ni ejecutó un genocidio militar en Líbano con la religión judía, sino con aviones F-16, misiles, bombas de racimo, helicópteros Apache, tanques Merkava, artillería pesada, barcos, sistemas informatizados, y una estrategia y un plan de ataque militar. El lobby judío que controla Casa Blanca y la Reserva Federal no reza en las sinagogas sino en la Catedral de Wall Street. Un detalle a tener en cuenta, para no confundir la religión con el mito y el negocio.A) El mito© APJudío ortodoxo junto a las tropas israelíes en la frontera con Líbano
El genocidio militar perpetrado por Israel en Líbano puso nuevamente de moda la vieja discusión sobre el "antisemitismo" o el "odio racial" contra los judíos donde ni los considerados "antisemitas" se ponen de acuerdo sobre qué es Israel y qué es "el pueblo judío".
Como siempre, los puntos referenciales del "debate" giran alrededor de la "raza" y de la "religión" en términos "históricos", sin tocar para nada la implicación económica, social, política y cultural de los judíos como colectividad en la realidad del mundo del presente.
En este corte alienado y atomizado de la discusión, los propios críticos de Israel terminan dividiendo a los judíos entre "sionistas" y "no sionistas", como si la cuestión del sionismo fuera una cuestión "racial" o religiosa, y no un sistema de dominio imperial que abarca interactivamente el plano económico, político, social y cultural, superando la cuestión de la raza o de las creencias religiosas. Y por otro lado, y en forma práctica, en esta sociedad capitalista de valores individualistas
¿quién se basa en la religión o en la raza para tomar decisiones o convivir en sociedad?Hezbolá, por ejemplo, no le propinó una derrota militar a Israel con la religión islámica, sino con una guerra asimétrica, planteada con armas, logística, estructuras operativas, tácticas y estrategias de combate ejecutadas en el teatro de operaciones de Líbano.