© NASA/JPL-Caltech/UMD1. Mapas de la coma del cometa Hartley 2 mostrando la distribución de dióxido de carbono, vapor de agua, hielo de agua y polvo. Las imágenes parecen indicar que los tres primeros tienen un origen común. 2. Misión Deep Impact. Concepción artística del impacto contra el cometa Tempel 1. 3. Cometa Lulin. 4. Cometa Hale Bopp. 5. Imagen del núcleo del cometa Hartley 2 tomada desde el punto de máximo acercamiento.
Hace mucho que los cometas dejaron de considerarse fenómenos atmosféricos o malos augurios, pero aún no disponemos de un conocimiento completo de estos objetos.
Los cometas aparecen en el cielo como manchas difusas de las que nacen dos largas colas que pueden alcanzar una extensión de millones de kilómetros. Tanto las colas como la mancha (denominada coma) están constituidas por una mezcla de gases y polvo que reflejan la luz solar. Como fuente de todo ese material, escondido en esa 'nube' de polvo y gas, se encuentra el núcleo, un pequeño cuerpo sólido con un tamaño del orden de los kilómetros, que no es sino un conglomerado de hielos, principalmente de agua, y polvo (mayoritariamente silicatos y material orgánico).
Esta descripción, breve y aparentemente simple, representa una historia de al menos dos mil años y la contribución y el esfuerzo de un gran número de pensadores y científicos. Pero el trabajo no ha terminado. Estas 'estrellas con cabellera' aún presentan incógnitas que los científicos abordamos mediante observaciones desde Tierra, simulaciones por ordenador y, en contadas ocasiones, visitándolas, como ha sido el caso del cometa Hartley 2. El pasado 4 de noviembre, la misión Deep Impact, en su versión extendida EPOXI, tomó imágenes y espectros de ese cometa desde una distancia de unos setecientos kilómetros. Las imágenes revelaron un núcleo alargado, con forma de cacahuete, que mide aproximadamente 2,2 kilómetros de largo y 400 metros de ancho.
Lo más espectacular, según el equipo científico de la misión, reside en que las imágenes mostraban chorros de gas y partículas que podían ser trazados, por primera vez, hasta la región de origen en el núcleo. En expresión navideña, las imágenes mostraban que el núcleo sufría una tormenta de nieve, rodeado de 'bolas de nieve' con tamaños que oscilaban desde el de una pelota de golf hasta el de una de baloncesto. Se trata de un resultado muy esperado, puesto que desde hace mucho tiempo se buscan esas partículas de hielo alrededor del núcleo de los cometas y se viene discutiendo sobre la actividad de los cometas y el origen de los chorros.