Ciencia y Tecnología
Enormes moléculas pueden demostrar la dualidad onda-partícula de la teoría cuántica.
Investigadores de Austria han creado lo que llaman "los gatos de Schrödinger más gordos hasta la fecha". Han demostrado la superposición cuántica - en la que un objeto existe en dos o más estados a la vez - para moléculas compuestas de hasta 430 átomos cada una, varias veces más grande que las moléculas usadas anteriormente en tales experimentos1.
En el famoso experimento mental ideado por Erwin Schrödinger en 1935 para ilustrar las aparentes paradojas de la teoría cuántica, un gato podría envenenarse o no dependiendo del estado de un átomo - estando el estado del átomo gobernado por las reglas cuánticas. Debido a que la teoría cuántica requería que estas reglas permitieran superposiciones, parecía que el propio gato de Schrödinger podría existir en una superposición de estados 'vivo' y 'muerto'.
La paradoja destaca la cuestión de cómo y cuándo las reglas del mundo cuántico - en el cual objetos tales como átomos pueden existir en varias posiciones a la vez - dan paso a la mecánica 'clásica' que gobierna el mundo macroscópico de nuestra experiencia cotidiana, donde las cosas deben ser una forma u otra, pero no ambas a la vez. Esto es lo que se conoce como transición de cuántica a clásica.
El trabajo de los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que existe un evento eléctrico antes de que se produzca la crisis epiléptica en el caso de aquellos pacientes que sufren epilepsia de lóbulo temporal, un tipo de epilepsia que en 80 por ciento de los casos muestra resistencia a los fármacos.
Según explica Liset Menéndez de la Prida, investigadora del CSIC que diseño y desarrolló el estudio, "la ruta hacia la crisis esta* marcada por una dinámica compleja y larga en la que las neuronas del foco epiléptico controlan la actividad eléctrica de sus vecinas a través de la liberación indiscriminada de un neurotransmisor excitador, el glutamato
Los anillos de Saturno y Júpiter registran el paso de cada cometa y pueden servir a los científicos para reproducir la historia de esas colisiones años o décadas más tarde. Así lo afirman dos equipos de científicos estadounidenses en sendos estudios en la revista Science, en los que describen ondulaciones residuales observadas en los anillos de ambos planetas atribuidas al choque de un cometa.
El descubrimiento abre nuevas posibilidades al estudio de los cometas en el sistema solar exterior, ya que mediante la observación de los anillos los científicos podrán saber con qué frecuencia se producen estas colisiones e incluso determinar el número de estos pequeños objetos, según Science.
Imágenes de Saturno captadas en 2009 por la sonda espacial Cassini permitieron ver en uno de los anillos del planeta un patrón de olas. Un equipo de investigadores encabezado por Matthew Hedman, del Departamento de Astronomía de la Universidad Cornell, en Ithaca (Nueva York), estudió las imágenes captadas por Cassini en un período cercano al equinoccio del planeta de los anillos.
El nombre fue dado por Rafael Ferrando, director del Observatorio Astronómico Pla D'arguines, lugar desde donde se descubrió el objeto. "La dedicatoria del asteroide, viene dada por la pasión que tengo por la observación y búsqueda de Supernovas, campo en el que trabaja el Dr. Hamuy, y de quien he aprendido muchísimo por sus publicaciones y por su libro Supernovas: El Explosivo Final de una Estrella, del cual es coautor", puntualiza Ferrando.
Por su parte, el académico del DAS agradeció el gesto y aseguró sentirse "muy halagado por el honor que me ha conferido Rafael Ferrando, quien tomó esta decisión luego de haber leído el libro". Además agrega, que por un momento su mayor preocupación "era que no fuera un asteroide asesino, pero al ver que la órbita pasa lejos de la Tierra, me quedé muy tranquilo"
La imagen que veis fue tomada por el SDO el pasado 29 de marzo durante una de las dos "temporadas de eclipses" -momento en la que la nave, la Tierra y el Sol llegan a alinearse casi perfectamente una vez al día por un periodo de una hora- por las que pasa el telescopio anualmente hacia la época de los equinoccios; concretamente la misma muestra la imponente estrella parcialmente oscurecida por la Tierra al interponerse esta entre el telescopio y el Sol.
Esta nueva fotografía permite observar características permanentes de la región, pero también algún fenómeno estacional. La imagen ha sido confeccionada con los datos recogidos durante tres órbitas de la sonda europea, entre el 25 de noviembre de 2004 y el 22 de junio de 2006. En ese periodo, las cumbres volcánicas han permanecido inmutables pero, en la segunda órbita, Mars Express pudo capturar la formación de nubes en la cumbre de Ceraunius Tholus.
Cuando Mars Express visitó de nuevo la zona y tomó la última imagen necesaria para finalizar el mosaico, hacía tiempo que las nubes se habían disipado, lo que explica porqué aparecen cortadas siguiendo una línea recta.
La palabra latina 'tholus' hace referencia a la silueta cónica de los volcanes. La base de Ceraunius Tholus tiene 130 km de diámetro y su cima se eleva a 5.5 km sobre las llanuras adyacentes. En su cumbre se encuentra la gran caldera volcánica, de 25 km de diámetro. Con una morfología similar y situado 60 km al norte, Uranius Tholus es un volcán de menor tamaño, de 62 km de diámetro y 4.5 km de altura.
El Servicio Geológico de EU informó que por primera vez determinó la edad del coral negro del Golfo. Los científicos estudiaron el antiguo coral de lento crecimiento antes de que explotara el pozo de BP en abril de 2010.
Los corales fueron hallados a unos 34 kilómetros al noreste del pozo de BP, a 305 metros bajo la superficie.
El descubrimiento de "bandas" de rayos-X en los restos de una estrella que estalló puede ayudar a los astrónomos a aprender cómo algunas de las partículas de mayor energía de nuestra galaxia pueden alcanzar sus increíbles velocidades, según sugiere un nuevo estudio.
El Observatorio Chandra de Rayos-X de la NASA detectó un patrón de rayos-X sorprendentemente regular en un conocido remanente de supernova llamado Tycho. Las nuevas observaciones proporcionan la primera prueba directa de que un evento cósmico puede propulsar partículas a energías 100 veces superiores que aquellas logradas por los aceleradores más potentes de la Tierra, dicen los investigadores.
El hallazgo puede también ayudar a los científicos a calcular cómo se producen algunas de estas partículas súper-veloces - que se conocen como rayos cósmicos y bombardean constantemente la Tierra.
"Hemos visto muchas estructuras interesantes en remanentes de supernovas, pero nunca habíamos visto estas bandas antes", dice el líder del estudio Kristoffer Eriksen de la Universidad Rutgers en un comunicado. "Esto nos hace pensar mucho sobre qué sucede en la onda del estallido de esta poderosa explosión".