Alexis Tsipras
Para hacer una pequeña introducción, me gustaría explicaros el final del concurso de televisión Golden Balls que consiste en una versión del dilema del prisionero. Si ambos jugadores eligen Dividir (Split) se reparten el premio. Si uno de ellos dice Dividir pero el otro elige Robar (Steal), el que roba se lo lleva todo y el otro no recibe nada. Si ambos jugadores deciden robar ninguno de los dos se lleva nada.
La estrategia consiste en convencer al contrario de que vas a elegir dividir y esperar que él haga lo mismo. O sea, en todo momento es un tira y afloja en el que ambos concursantes pueden ser engañados.
Pero un día, un concursante hizo una jugada maestra. Mejor que la veáis:
Buena jugada, ¿No? Hasta ese momento, el segundo jugador estaba pensándose si debía robar o dividir. Si debía traicionar al otro, si podía confiar en él. Pero el jugador maestro le dice "Yo no me fío de ti y he elegido robar. Si tu robas, perdemos los dos. Si divides, me quedo todo y te prometo que te daré la mitad".
En ese momento, el dilema era otro. El jugador B sólo tenía dos opciones, o perderlo todo o confiar en el otro y arriesgarse. En todo caso, el otro ya había decidido, así que la pelota estaba en su tejado y la responsabilidad era sólo suya.
La Troika se supone que negocia con los países,
pero no lo hace. Sólo impone. A Tsipras le tienden una trampa. Le dan una propuesta que no puede asumir: supone una traición total a sus votantes.
Ambos saben que significa de facto renunciar y admitir que sólo pueden gobernar en Europa los de siempre, el PP y el PSOE de cada país.
Tsipras intenta negociar y le dicen que no. Básicamente: esta es nuestra última propuesta. Ahora, toda la responsabilidad de lo que pase es tuya.
¿Y qué hace Tsipras?
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