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Las elecciones presidenciales en México están a la vuelta de la esquina. Bueno,
"elecciones
", es decir, la imposición de una nueva marioneta; el
psicópata elegido para continuar con la
oligarquía patológica en este país. Marioneta que, por supuesto, la
élite gobernante (
nacional y
extranjera), espera que cumpla con todas sus expectativas y promueva sus agendas. Un demagogo cargado con una plétora de promesas y propuestas vacías que supuestamente "beneficiarán al país".
Ya llevamos muchísimos años cayendo en las mismas mentiras, una, otra y otra vez. Pareciera que las promesas de campaña son los placebos de los votantes. Oímos a los candidatos hablar con su tono carismático y robotizado característico, e inmediatamente nos olvidamos de nuestra historia; y tal parece que desde hace un tiempo de eso vivimos, promesas, ilusiones y castillos en el aire. Cuando no se cumplen, cuando la ilusión se desvanece (muy rápidamente por cierto), nos quejamos y los insultamos a sus espaldas... y eso es todo.
Después de muchos años, seguimos cargando a cuestas a esta banda de
patológicos que lo único que les interesa son sus bolsillos y el poder, sin importar los medios o las consecuencias en las vidas de los demás, vampirizando al pueblo hasta la última gota. Parece un ciclo bastante viciado y ya bien gastado. En lo personal, ya estoy harto, ¿ustedes no? Si no es así, mis respetos por la increíble resistencia, nada más cuiden de no rayar en el masoquismo.
Bien, empecemos con el buen George Carlin para abrir esta queja escrita: