OF THE
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"En 1900, médicos del Ejército de EE.UU. infectaron en Filipinas a cinco prisioneros con diferentes plagas y a 29 prisioneros con beriberi. Al menos cuatro de esas personas murieron. En 1915, un doctor financiado por el Gobierno expuso a 12 prisioneros en Mississippi a la pelagra, una enfermedad que produce discapacidades al atacar el sistema nervioso central. Después de la Primera Guerra Mundial, EE.UU. desarrolló un amplio abanico de armas químicas, produciendo millones de barriles de gas mostaza y lewisita".Sigue St. Clair:
"Miles de soldados estadounidenses fueron expuestos a estos agentes químicos para probar la eficacia de las máscaras antigás y de los trajes protectores". La Agencia para Veteranos de Guerra se negó a reconocer los reclamos por discapacidad presentados por las víctimas de tales experimentos. El Ejército también usó gas mostaza para reprimir manifestaciones anti-EE.UU. en Puerto Rico y en Filipinas en los años 20 y 30".
"En 1931, el Dr. Cornelius Rhoads inició sus espantosos experimentos con cáncer en Puerto Rico inoculando células cancerígenas en docenas de personas, quienes desconocían la naturaleza de los experimentos. Al menos 13 murieron. Luego, Rhoads dirigió la división de Armas Biológicas del Ejército de EE.UU. y formó parte de la Comisión de Energía Atómica, donde supervisó experimentos con radiaciones realizados con miles de estadounidenses. En memorandos al Ministerio de Defensa expresó su opinión de que los disidentes de Puerto Rico podrían ser erradicados con el uso de bombas bacteriológicas".
"...Un riesgo que todavía está presente: la falta de transparencia en las operaciones de productos derivados, que ahora suman un valor nominal de 700 billones de dólares. Eso es más de diez veces el tamaño de toda la economía mundial. Sin embargo, aunque parezca increíble, tenemos muy poca información sobre esto o sus posibles consecuencias para la solidez financiera de alguno de los grandes bancos.
Además el mercado de derivados sigue aumentando. El valor ficticio total del mercado mundial de derivados, cuando estalló la burbuja inmobiliaria en 2007, era de unos 500 billones de dólares... El mercado de derivados de venta libre habría crecido a un valor nominal de al menos 648 billones de dólares a partir de 2011... Es probable que el mercado actual ronde los 707 billones de dólares, o quizás sea aún más, decía el analista Jenny Walsh en El Barco de Papel:"El mercado ha crecido de una forma desmesurada, de manera que la economía mundial está en riesgo de sufrir un colapso, incluso si un pequeño porcentaje de contratosdejan de cumplirse. Su tamaño e influencia potencial son difíciles de comprender, y aún mucho menos, de evaluar."La mayor parte de este comercio de productos derivados es realizado por los grandes bancos, que asumen generalmente que el riesgo probable de ganancias o pérdidas por los productos derivados es mucho más pequeña que su valor nominal. Wells Fargo, por ejemplo, dice que el concepto no es, si se observa de una manera aislada, una medida significativa del perfil de riesgo de los instrumentos y muchos de sus derivados se compensan entre sí.
Sin embargo, como vimos en el año 2008, se puede perder una sustancial parte de la cantidad teórica si algo sale mal, sobre todo si la apuesta se basa en otras apuestas, generando pérdidas en otras organizaciones que se encuentran involucradas al mismo tiempo. El efecto dominó puede extenderse de manera impredecible.
Los Bancos no dicen a los inversores la cantidad teórica que podrían perder en el peor de los casos, ni están obligados a hacerlo. Incluso un inversor inteligente que lee la letra pequeña no es capaz de evaluar el riesgo, y si las grandes apuestas fracasan, todo el sistema financiero puede acabar en un gran colapso mundial".
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