Traducido para Rebelión por Ricardo García.
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«Demandas del mercado».- Esta expresión eufemística está pensada para antropomorfizar una categoría económica, para difuminar las críticas de quienes detentan el poder y son de carne y hueso, sus intereses de clase y sus garra despótica sobre la mano de obra.
En lugar de «demandas del mercado», la expresión debería decir: «la clase capitalista ordena a los trabajadores que sacrifiquen sus salarios y su salud para garantizar más beneficios a las corporaciones multinacionales», un concepto claro que tiene más probabilidades de despertar la ira de quienes se ven afectados negativamente.
«Libre empresa».- Eufemismo ensamblado a partir de dos conceptos reales: la empresa
privada que busca el lucro y la libre competencia . Al suprimir la imagen subyacente del beneficio privado de la minoría en perjuicio de los intereses de la mayoría, los apologistas del capital han inventado un concepto que subraya las virtudes individuales de la «empresa» y la «libertad», en contraposición a los vicios económicos auténticos de la codicia y la explotación.
«Libre mercado».- Eufemismo que presupone la competitividad libre, justa e igualitaria en mercados no regulados, restando importancia a la realidad del dominio del mercado por parte de monopolios y oligopolios dependientes de los rescates estatales masivos en tiempos de crisis capitalista. «Libre» alude específicamente a la ausencia de normativas públicas e intervención del Estado que defiendan la seguridad laboral, así como la protección de los consumidores y el medio ambiente. En otras palabras, «libertad» enmascara la desvergonzada destrucción del orden ciudadano por parte de los capitalistas privados a través del ejercicio desbocado del poder político y económico.
«Libre mercado» es el eufemismo para aludir al gobierno absoluto de los capitalistas sobre los derechos y los medios de vida de millones de ciudadanos; en esencia, la auténtica negación de la libertad .«Recuperación económica».- Esta expresión eufemística significa recuperación de los beneficios por parte de las principales corporaciones.
Disfraza la ausencia total de recuperación de los niveles de vida de las clases media y trabajadora, la inversión de los beneficios sociales y las pérdidas económicas de los titulares de hipotecas, los deudores, los desempleados de larga duración y los propietarios de pequeñas empresas en quiebra. Lo que se pasa por alto con la expresión «recuperación económica» es que el empobrecimiento masivo acabó convirtiéndose en un requisito esencial para la recuperación de los beneficios empresariales.