Mediante un Tribunal Ético inédito en América Latina y Argentina, organismos de DDHH y sociales sancionaron con fundamentos inexcusables la ocupación y colonización de Israel sobre el pueblo de Palestina.
© Luis GarcíaUn palestino protege a su hijo, que segundos después murió por disparos de soldados israelíes.
"Somos los guardianes de la sombra, de los naranjos y de los olivos,
Sembraremos las ideas como la levadura en la masa.
Cuando tengamos sed, exprimiremos piedras,
y comeremos tierra cuando tengamos hambre.
Pero no nos iremos."
Tawfiq Az-Zayyad"Yo fui miembro de la colectividad judío sionista en Argentina. Desde niño en mi casa recibí toda la 'de-formación' de lo que ocurre ahora en Palestina. Estudié hebreo en una escuela judío-argentina, usando libros que llegaban directamente del Estado de Israel. Los textos generaban una identificación con el soldado israelí como si fuera parte de un ejército de defensa. Fui orientado desde un principio a sentir al Estado de Israel como mi país, y a los 18 años - muy deseoso de cumplir con la práctica sionista- emigré a Israel donde estudié Física", relata como testigo del espanto David Comedi durante la primera parte del Tribunal y Juicio Ético a los más de 65 años de crímenes sionistas contra el pueblo de Palestina. Pueblo saqueado de vida, territorio, hogar, derechos. Pueblo luminoso en medio del desprecio de los imperialismos, la cobardía de sus subalternos, la conducta cínica de la minoría mundial dominante.
Pero el físico Comedi continúa: "Lo primero que me llamó la atención es que cuando empecé mis estudios me conminaron a no acercarme a los árabes, porque eran 'peligrosos y traidores'. En la universidad, el número de palestinos era ínfimo. Mi tesis doctoral ya estaba avanzada cuando me avisaron que debía alistarme en el ejército a condición de terminar mi tesis. Yo ya tenía dos hijas pequeñas a través de las cuales era muy fácil percibir el racismo respecto de los árabes que se impartía en la escuela. Con el tiempo entendí que todo esto corresponde a un plan de colonización de la historia donde se introduce el sufrimiento judío como parte del camino hacia el sionismo. Y el sionismo es, tanto una estrategia de ocupación de Palestina, como una alianza entre Israel, primero con el imperialismo inglés y hoy con el norteamericano con el fin de tener el control geopolítico del Oriente Medio. En dos meses de instrucción militar, los comandantes israelíes me enseñaron que siempre hay que apuntar al corazón del enemigo. Ese período coincidió con
la masacre de refugiados palestinos de Sabra y Chatila en el Líbano, 1982. Conseguí salir del ejército y huí de Israel con mi familia. Hoy soy un activista anti-sionista."