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Para entender el odio irracional (preternatural) que el pudridero europeo profesa a Rusia no basta con alimentarse con la farfolla folicularia de cada día. Una excelente aproximación a la razón última de este odio nos la brinda el Patriarca Cirilo en su libro
Libertad y responsabilidad: en busca de la armonía, publicado por Nuevo Inicio. Después de padecer la experiencia del totalitarismo comunista, Cirilo puede afirmar sin ambages que
una sociedad «en la que el Estado tiene todos los derechos sobre el hombre es indiscutiblemente inhumana; como también es inhumana la sociedad en la que los derechos humanos se convierten en un instrumento para el desarrollo de los instintos, donde los conceptos del bien y del mal se mezclan». O sea, la sociedad occidental.Frente a un Oriente cristiano formado en la primacía del sacrificio, la búsqueda del bien común y la fidelidad a la tradición, Cirilo contempla en el Occidente neopagano un peculiar modelo des-civilizador que anhela el éxito terrenal, los intereses particulares y la negación del pasado; y que, no contento con ello, trata de imponerlo universalmente: «Nada genera en la sociedad rusa tantas tensiones - escribe - como los intentos por imponer una escala de valores no tradicionales, tanto en la vida personal como social, a través de los medios de comunicación y la publicidad, el consumismo y el individualismo». Contra esa «escala de valores» que el pudridero europeo trata de imponer universalmente siempre luchará el «alma rusa», mientras siga existiendo.
Comentario: Lo que está haciendo el gobierno ucraniano patrocinado por occidente, es un genocidio y punto. No hay necesidad de ambigüedades comunicativas.