Arabia Saudí declaró hoy a los Hermanos Musulmanes "grupo terrorista" y los incluyó en su lista de organizaciones violentas, informó la agencia oficial de noticias SPA.

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© Reuters/Amr Abdallah DalshAdherentes a los Hermanos Musulmanes y presidente egipcio depuesto, Mohamed Mursi, gritan contra el ejército y el Ministerio del interior. Protesta en las afueras de Egipto en El Cairo, el 8 de enero de 2014.

El Ministerio saudí de Interior hizo pública la decisión, que entrará en vigor a partir del próximo domingo, y equiparó a la cofradía con otros grupos terroristas como Al Qaeda.

En la lista aparecen las distintas ramas de Al Qaeda, el Frente al Nusra (vinculado a esa red en Siria), el Estado Islámico de Irak y el Levante, el grupo chií Hizbulá dentro de Arabia Saudí, los hutíes (movimiento chií del Yemen) y los Hermanos Musulmanes.

Asimismo, están incluidas las organizaciones que compartan la ideología de los citados grupos y que estén incluidos en las respectivas listas elaboradas por el Consejo de Seguridad de la ONU y otros organismos internacionales.

El Ministerio señaló que una comisión gubernamental fue la encargada de redactar la lista, que se actualizará periódicamente de acuerdo con las directrices del rey saudí, Abdalá bin Abdelaziz.

Además, las autoridades dieron un plazo de quince días desde hoy para que los saudíes que estén combatiendo del lado de grupos extremistas en el extranjero "rectifiquen y vuelvan pronto a su patria".

Arabia Saudí castigará a todos los saudíes o residentes extranjeros que "propaguen el ateísmo en todas sus formas o pongan en duda las bases del islam", "abandonen la lealtad a las autoridades" o pertenezcan, apoyen y financien a los grupos terroristas.

También perseguirán a quienes difundan esa ideología radical y participen o instiguen a luchar en zonas de conflicto, o establezcan contactos con esas organizaciones o individuos "hostiles al reino".

Según el comunicado, Arabia Saudí "no tendrá tolerancia" con aquellas personas que "manifiesten su lealtad a otro país con la intención de dañar la unidad, la seguridad y estabilidad del reino", de "suscitar la discordia de la sociedad saudí" o de "dañar" a otros países y sus dirigentes.

Este anuncio se produce después de que el pasado miércoles Arabia Saudí, Baréin y Emiratos retiraran a sus embajadores de Catar, país al que acusaron de haber intervenido en sus asuntos internos.

Esa medida, sin precedentes entre los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) -que también integran Omán y Kuwait-, estuvo igualmente motivada por el "incumplimiento" de Catar de un acuerdo de seguridad firmado por esa alianza en noviembre pasado, que estipula la colaboración en la lucha contra el terrorismo, el crimen organizado o la extradición de presos, entre otros asuntos.

En el fondo de la crisis entre esos países subyace su diferente relación con los Hermanos Musulmanes, que ya fueron declarados "grupo terrorista" a finales de diciembre pasado por Egipto.

Mientras Catar mantuvo estrechos lazos con el depuesto presidente egipcio, el islamista Mohamed Mursi, Riad, Abu Dabi y Kuwait reaccionaron rápidamente al golpe militar del pasado julio en Egipto y se convirtieron en el principal apoyo político y financiero de las nuevas autoridades de ese país, lo que ha enfriado las relaciones en el seno del CCG.