© Army.milMOSES es un juego en primera persona pero no es para jugar. Lo usan los militares para entrenar sus misiones. Así ve un soldado la ciudad ficticia de Brentville antes de su incursión
Trabajan en una plataforma para que centenares de soldados puedan entrenar misiones reales en un mundo virtual como Second Life. Los juegos bélicos comerciales tienen demasiadas limitaciones para usarlos como entrenadores virtuales
Unreal Tournament 3,
Halo Online o
Tom Clancy's EndWar pueden ser los mejores juegos de guerra pero no para los militares. Tendrán gráficos impresionantes, podrán recrear episodios bélicos como nadie y desplegar una violencia casi como la real pero tienen demasiado cuento. El ejército de EEUU prefiere usar mundos virtuales para entrenar a sus soldados. Ahora, acaba de aliarse con Intel para conseguir lo que no logró ni el mejor
Second Life, que centenares de efectivos se desplieguen sobre un teatro de operaciones y realizar una misión conjunta.
Los ejércitos, en especial el de EE.UU, llevan años jugando a la
guerra desde un ordenador. Desde el proyecto DARWARS, usan simuladores para el entrenamiento de los soldados. Estos sistemas pueden usar el motor de un juego bélico online masivo como el Unreal 3, que está en el corazón de títulos como
Blitz,
Medal of Honor o
Gears of War. Pero las creaciones comerciales sirven sólo para jugar, no para el entrenamiento virtual de situaciones reales. La imaginación de los creativos de la industria de los
videojuegos no respeta las leyes de la física. Hay demasiada fantasía en sus escenarios y las posibilidades de los jugadores sólo están al alcance de un superhombre de cómic.
Comentario: Desgraciadamente debemos notar que las elecciones y otros circos políticos, solo se llevan a cabo para calmar al pueblo y presentar la ilusión de que el pueblo tiene el poder de elección.
Si bien existen algunas voces interesantes entre los partidos mencionados (con MUY pocas probabilidades de ganar algo en las elecciones), la oposición a los poderes fácticos, no tiene la más mínima fuerza hoy en día. Más allá de que las elecciones son casi siempre una farsa enorme en todas partes, en Paraguay esto es una realidad completamente visible e incuestionable, y, es lamentable, pero hablando con honestidad, no hay mucha esperanza para tal "rescate" mencionado en el artículo, al menos NO por medio de las elecciones y las instituciones gubernamentales.