El tribunal federal del estado norteamericano de Denver tomó la decisión de que los inmigrantes no son iguales al resto de habitantes de Estados Unidos y no pueden portar armas de fuego.
Los inmigrantes no pueden portar armas de fuego conforme a leyes aprobadas por el Congreso que impiden a ciertos grupos ser dueños de armas, dictaminó una corte federal de apelaciones de ese país. De ese modo, la justicia estadounidense igualó a inmigrantes con enfermos mentales y convictos por delitos graves.
Un panel de tres jueces acordó en Denver una pena de prisión impuesta por un juez federal en Wyoming para un mexicano, en el domicilio del cual la Policía estadounidense encontró durante un allanamiento un rifle, una escopeta de calibre 12 y una pistola semiautomática.
Los jueces condenaron al ciudadano mexicano Huitrón Guízar, de 24 años, a 18 meses de prisión y prescribieron que los indocumentados, al igual que presos o enfermos mentales, no gozan del derecho de portar armas de fuego recogido en la Constitución federal.