© DesconocidoEl herbicida Roundup sigue vendiéndose en los supermercados y grandes almacenes , y además bajo la publicidad de soluciones ecológicas.
Los ayuntamientos siguen utilizando el glifosato para controlar la hierbas en los parques y jardines, y a lo largo de los arcenes. Ahora que la OMS ha clasificado al glifosato como probablemente cancerígeno, ¿no sería el momento de dejar de hacerlo?Desde el asiento delantero de su coche, John Wilson me pasa un expediente con varios informes y diagramas de investigaciones científicas. Cuidadosamente clasificadas en sus carpetas de anillas, guarda la correspondencia con los funcionarios del ayuntamiento y fotografías que documentan las manchas marrones en el suelo y la hierba quemada alrededor de los árboles, y a lo largo de los bordillos y de las vallas de los patios de recreo.
En parte posterior de su auto se encuentra Lydia Koelmans y su perro Kim. Nos encontramos en una calle lateral de Spital Tongues, una zona residencial situada al noroeste de la ciudad de Newcastle, bastante popular por ser residencia de familias y estudiantes.
Nos hemos reunido para ver ejemplos de los daños causados por el glifosato, el herbicida más vendido en todo el mundo. El glifosato se utilizada en las calles y parques de muchos pueblos y ciudades para controlar las hierbas, pero el mes pasado fue clasificado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), una división de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como "probablemente cancerígeno para los seres humanos".
Quizás esto pueda sonar a novela de espionaje, pero las personas que están en contra del uso de estos pesticidas deben tener amplia y detallada información, para que de este modo quizás puedan tenerse en cuenta sus peticiones. Wilson y Koelmans, ambos jubilados, participan en un proyecto de creación de prados con flores silvestres en Newcastle, con el fin de detener o revertir en la medida de lo posible la decadencia en las zonas urbanas de mariposas, aves, murciélagos y otros animales salvajes. Durante 10 años, Wilson ha estado solicitando de forma repetida al Ayuntamiento de Newcastle que deje de emplear los herbicidas a base de glifosato.
Su uso es perjudicial para los ecosistemas locales, contamina los cursos de agua, y también peligroso para las personas que viven en Newcastle. "Esta es la época del año en que deberíamos estar disfrutando de las vegetación que nos rodea, no de los muchos productos tóxicos con que la fumigan", dice Wilson, que también señala que los espacios rociados con el herbicida tardan más de cinco años en recuperarse.
Comentario: Al parecer, existe un gobierno en la UE que realmente se preocupa por sus ciudadanos.