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Desde hace años, con los planes neoliberales imperantes y con la desmovilización político-ideológica fabulosa que se vive
como producto de un proceso represivo único en Latinoamérica (
200.000 muertos y 45.000 desaparecidos),
parece inconcebible protestar. En muy buena medida, ya nos hemos acostumbrado a agachar la cabeza, a resignarnos. ¡Cultura del silencio!, pudo llegarse a decir.
Cultura de la resignación, de la pura sobrevivencia.Sin dudas, todo eso es cierto. El terror incorporado que dejó en cada habitante la feroz represión de estas décadas,
la impunidad dominante, la violencia delincuencial que campea exultante sirviendo, entre otras cosas, como disuasivo de intentos organizativos (¿otra virtual guerra civil no declarada que mantiene bajo control a la población?), todo eso fue sacando de la agenda cotidiana la idea de lucha, de reivindicación, de alzar la voz. Pero como cantó Fito Páez:
"¿quién dijo que todo está perdido?
"
Comentario: No parece que Ángela Merkel desconozca que todas las acusaciones de EE.UU. contra Rusia son MENTIRAS. Por lo que esta carta no cambiará en nada lo que va a suceder en la cumbre de la OTAN el próximo 4 de septiembre.
La UE está pagando muy caro el seguir apoyando a EE.UU. y ¿acaso eso les importa a los políticos europeos? No, no les importa y por eso van a seguir sancionando a Rusia y la tímida recuperación europea se detendrá en seco.
El insoportable sufrimiento de los europeos no es una preocupación para las élites políticas. Si así fuera, ya haría tiempo que se habrían distanciado de Washington y acercado a su país vecino, Rusia.
¿Quiénes son los responsables de las políticas de austeridad en toda Europa? Las élites políticas. El enemigo de los europeos no es Putin, sino sus líderes políticos.
Así que los europeos no podemos esperar que en política internacional nuestros líderes miren por nuestros intereses. Miran por los intereses de Washington y sus propios intereses. El hundimiento del pueblo europeo es un daño colateral sin importancia.
La austeridad, la miseria y el paro no van a desaparecer de Europa hasta que los europeos no entiendan el mal que sufren sus lideres europeos y tomen las medidas adecuadas para limpiar el Parlamento Europeo de enfermos patológicos.