"Se ha infligido un severo daño emocional al menor", aseguran los expertos.
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La mujer norteamericana que envió en 2010 a su hijo ruso adoptivo de vuelta a Moscú alega ser insolvente para acatar la sentencia judicial que la condenaba, recientemente, al pago de una pensión alimenticia para el menor.
La historia del niño ruso que fue devuelto en un avión tras ser adoptado hace dos años e indignó a toda Rusia y a Estados Unidos ocupa nuevamente las páginas de la prensa mundial.
Torry Hansen, de 35 años, ha apelado la sentencia condenatoria solicitando una ayuda para la manutención de su hijo adoptivo, declarando que está desempleada y carece de medios para afrontar el pago de los 1.000 dólares mensuales a los que ha sido condenada.