La guerrilla atentó tres veces en una semana contra torres de alta tensión. La ciudad portuaria de Tumaco podría ser declarada en "urgencia" por la falta de servicio.
FARC deja sin luz
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La situación en Tumaco, una de las principales ciudades portuarias en la costa del Pacífico, se vio agravada por la voladura de la torre de energía, la tercera en menos de una semana. Los ataques fueron atribuidos a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Desde el viernes 10 de agosto que la región está con problemas de suministro eléctrico cuando presuntamente la guerrilla colocó cargas explosivas y derrumbó las dos primeras torres. Con el nuevo atentado, la ciudad está sin energía y sin agua. Recién se restablecería el servicio la próxima semana, informa Radio Caracol.

La alcaldía considera "declarar la 'urgencia' para poder cubrir gastos no previstos como el suministro de agua", debido a que sin electricidad las plantas no funcionan, según explicó el secretario de gobierno de Tumaco, Hernán Cortés.

De esta forma, se podrán desembolsar gastos no previstos, como distribuir agua en camiones cisternas con prioridad en los tres hospitales públicos y cinco puestos de salud de la población, así como a la cárcel y a por lo menos tres colegios con un total de 49.000 estudiantes.

La mayoría de los pobladores, que asciende a los 187 mil, ha recurrido a pequeñas plantas eléctricas alimentadas por combustible para suplir la ausencia del servicio, añadió Cortés. La crisis en la zona es tal que hasta el ex presidente Álvaro Uribe se hizo eco de la situación en Twitter.

El nuevo atentado con explosivos se produjo aproximadamente el miércoles por la noche en una zona rural de Tumaco, en el departamento de Nariño y a unos y unos 605 kilómetros al suroeste de Bogotá.

Por otro lado, dos obreros de la empresa eléctrica local y su guía, un indígena awá, murieron cuando cruzaban un campo minado al intentar llegar a pie a la zona de las dos torres para repararlas, según la policía y el Ministerio de Minas, según recoge la agencia AP.

Las guerrillas han incrementado sus ataques a la infraestructura del país -desde torres hasta carreteras y oleoductos- en lo que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos califica como una táctica rebelde para causar problemas a la población y distraer a la fuerza pública de su labor de combatirlos.

Los atentados contra oleoductos, torres de energía, puentes y vías fueron 85 en los primeros seis meses de 2011 y aumentaron a 103 en el mismo período de este año, según datos del Ministerio de Defensa.