A su vez, durante mucho tiempo, la arqueología ortodoxa ha rechazado tales propuestas por considerarlas una extensión de la mitología sin base científica alguna. Así, normalmente se ha considerado que las supuestas pruebas sobre un mundo perdido en una mítica Edad de Oro no eran más que errores, manipulaciones o especulaciones que no podían sustentar ninguna hipótesis seria.
Sin embargo, tal como el autor escocés Graham Hancock nos reveló en su entrevista en exclusiva a Dogmacero (Dogmacero n.º 5, setiembre-octubre 2013), algunos recientes descubrimientos apuntaban a que la antigüedad de ciertos yacimientos arqueológicos podría ser mucho mayor de lo que se había reconocido hasta la fecha. En la entrevista, Hancock señalaba lo siguiente:
«De nuevo se ha producido un gran cambio en esta área, y tal cambio es, por supuesto, Göbekli Tepe (Turquía), un yacimiento megalítico de 12.000 años de antigüedad. Sabemos que tiene 12.000 años de antigüedad, ya que fue soterrado deliberadamente por las personas que lo construyeron después de 2.000 años y se mantuvo intacto desde entonces, por lo que las dataciones por radiocarbono no han sido contaminadas.
El segundo yacimiento donde se ha planteado una datación muy radical se llama Gunung Padang (Indonesia), un enorme conjunto megalítico. Hasta hace poco se pensaba que tenía sólo 3.500 años de antigüedad, pero el Departamento de Geofísica del Gobierno de Indonesia y el geólogo Daniel Hilman han anunciado recientemente - sobre la base de un amplio estudio - que este lugar tiene al menos 9.000 años de antigüedad y tal vez hasta incluso 20.000 años. Por eso, con estas nuevas dataciones, de repente el argumento a favor de una Esfinge de 12.000 años de antigüedad se hace mucho más sólido, y a los académicos ya se les hace difícil decir que no hay otros yacimientos.
Por el contrario, parece que empieza a surgir una acumulación de pruebas que podrían derribar el paradigma existente. Además, se plantea la posibilidad de que un gran número de yacimientos megalíticos de todo el mundo puedan haber sido mal datados por los arqueólogos.»
Comentario: Como señala la autora del libro El mito vegetariano, Lierre Keith, la agricultura es uno de los factores a considerar dentro de los procesos de desertificación, explotamos la tierra con monocultivos acabando con ecosistemas completos y la calidad del suelo.
Lecturas recomendadas:
El Mito Vegetariano