Un fuerte terremoto, de magnitud 7,3 según el instituto de geofísica estadounidense USGS, ha sacudido Kurdistán Norte, causando daños y víctimas mortales.

Entre 500 y 1.000 personas pueden haber perdido la vida en el terremoto de 7,2 grados de magnitud que ha sacudida la provincia de Van, en Kurdistán Norte, según los primeros cálculos del Centro Sismológico Kandilli de la Universidad del Bósforo de Estambul.

El seísmo ha provocado grandes daños materiales en el este de Turquía.
© Abdurrahman ANTAKYALI/AFP PHOTO
En una rueda de prensa, los expertos han corregido al alza, además, el dato inicial de que la sacudida registró 6,6 grados en la escala abierta de Richter y han señalado que el hecho de que fuera a pocos kilómetros de la superficie ha multiplicado su efecto.

El temblor se ha producido "muy cerca de la superficie", a unos 5 kilómetros de profundidad, por lo que en el epicentro "se sintió como un seísmo de entre 8 y 9 grados", han detallado.

Uno de los expertos, Hasan Gördü, ha afirmado que tras el temblor inicial se han registrado veinte réplicas de entre 3,5 y 5,5 grados, y ha advertido de que se podrían producir más seísmos de hasta 5,7 grados.

También ha calculado que entre 1.000 y 4.000 edificios podrían haber sufrido daños irreversibles.

De hecho, el viceprimer ministro Besir Atalay, en declaraciones a la prensa turca, ha apuntado que, según los datos oficiales recogidos, 10 edificios se han desplomado en la capital provincial de Van y entre 25 y 30 en la localidad de Ercis, entre ellos una residencia de estudiantes.

Atalay ha reconocido, no obstante, que no disponen de información fiable sobre la situación de los pueblos y aldeas de la zona debido a las dificultades de acceso que presenta la zona.

Aún así, ha dicho que el gobernador provincial está recorriendo la zona en helicóptero, que se enviarán dos aviones militares y que camiones con mantas, comida, tiendas de campaña y estufas ya han partido de las provincias vecinas para ayudar a los damnificados.