Cien mil personas murieron en los Balcanes, donde enclaves como Sarajevo y Srebrenica fueron escenario del horror y la barbarie de la última guerra en europa.
Bosnia Genocidio
© EFEVarios católicos depositan flores, velas y rezan en el cementerio de Bare en el Día de Todos los Santos.
La guerra de Bosnia-Herzegovina permanece aún en la retina de millones de personas en todo el mundo como el ejemplo más claro del máximo grado de horror y barbarie de los que son capaces los hombres. En la contienda de la que se cumplen hoy viernes veinte años de su comienzo, murieron casi 100.000 personas y se practicó de manera brutal y descarnada la limpieza étnica y el genocidio por primera vez en el Viejo Continente (a pocos kilómetros de la Europa del bienestar y los derechos humanos ) desde el fin de la II Guerra Mundial, mientras Occidente asistía impasible a la mayor carnicería de la era contemporánea.

Según el sarajevita Centro de Investigación y Documentación, 98.000 personas perdieron la vida en el conflicto bosnio entre 1992 y 1995 y, de esas víctimas, el 55% era musulmán, el 35% serbio y el resto croata y de otros grupos étnicos.

"Lo que es peor aún que el número de 100.000 muertos es el hecho de que la mayoría de las víctimas fueron asesinadas de la manera más feroz, organizada, planeada, ya en los primeros meses de la guerra", declara el director de cine bosnio Dino Mustafic.

En su opinión, se trató de "decenas de miles de civiles asesinados en sus casas, viviendas, escuelas, fábricas. Esos datos, junto con la estadística, ofrecen la verdadera naturaleza de la guerra. Por supuesto, el mosaico no está completo sin Srebrenica. Pero la derrota de la humanidad en la contienda ya se dio en los primeros meses de limpieza étnica".

En Srebrenica, más de 7.000 varones musulmanes fueron asesinados después de que las tropas serbobosnias, bajo el mando del general Ratko Mladic, conquistaran ese enclave oriental de Bosnia en julio de 1995, pocos meses antes del fin de la guerra.

Los sanguinarios Radovan Karadzic y Ratko Mladic

Mladic y el exlíder político serbobosnio Radovan Karadzic están siendo juzgados ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), en La Haya, por genocidio debido a la matanza de Srebrenica.

Otros altos mandos serbobosnios han sido condenados por genocidio en Srebrenica, entre ellos el que fuera comandante del Cuerpo de Drina, el general Radoslav Krstic, a 35 años de cárcel.

Karadzic y Mladic son considerados también responsables del cerco de Sarajevo, ciudad que fue atacada por primera vez el 2 de mayo de 1992, cuando los tanques del antiguo ejército federal yugoslavo -copado entonces por los serbios- se apostaron en un puente sobre el río Miljacka. Sobre Sarajevo cayeron miles de proyectiles lanzados desde posiciones serbias en los montes de los alrededores y estuvo sometido a los disparos diarios de los francotiradores.

Casi 11.000 personas murieron en los tres años y medio de asedio de la capital bosnia, que quedó devastada, y algunos de sus edificios emblemáticos, como la Biblioteca Nacional, sufrieron graves daños ya al inicio de la guerra.

El 5 de febrero de 1994, ocurrió el ataque a Markale, el mercado central de Sarajevo, en el que murieron 69 civiles y otros 197 resultaron heridos.

Los casos de violaciones y abusos sexuales fueron también numerosos durante la guerra de Bosnia.

El TPIY juzgó 18 casos por graves delitos en relación con las violaciones en Bosnia-Herzegovina, pero el Tribunal estatal bosnio ha condenado sólo a algo más de una decena de hombres por esos actos.

Durante la guerra, las tres partes contendientes -musulmanes, serbios y croatas- crearon campos de concentración, como Omarska, Keraterm y Trnopolje, donde fueron torturadas y asesinadas miles de personas. En torno a un millón de habitantes de los más de cuatro que tenía Bosnia antes de la guerra abandonó sus hogares.

Difícil reconciliación

A pesar de las desgracias que sufrieron todos los pueblos en Bosnia, 20 años después del inicio de la guerra todavía no existe en el país la disposición para iniciar un verdadero proceso de reconciliación.

"La inexistencia de una verdad sobre la guerra, la falta de disposición a juzgar los crímenes, la continuación del saqueo son las consecuencias más serias del conflicto bélico que tienen impacto en nuestra actualidad y en nuestro futuro", declara el analista Momir Dejanovic. Lamentó que "de la guerra en Bosnia-Herzegovina hay todavía tres o cuatro 'verdades', no se hace frente a los crímenes cometidos por 'los nuestros', no hay voluntad ni capacidad de juzgar gran parte de los actos criminales, no hay confianza suficiente en el trabajo de la judicatura".

Bosnia-Herzegovina afronta aún graves problemas internos: las heridas de la horrible guerra civil no se han cerrado del todo, mientras que el desempleo bordea el 45%, y hay altos niveles de corrupción y clientelismo político, pero al menos se percibe una nueva voluntad inexistente en los últimos veinte años.