Agricultores que no pueden acceder a sus tierras, mujeres que compran agua a camiones a un precio ocho veces más caro que en la red o niños que juegan en charcas de aguas residuales son el panorama de la vida cotidiana de dos millones de palestinos, según las ONG que trabajan en Gaza y Cisjordania.

El director país de Acción contra el Hambre en Palestina, Charles Silva, y el responsable de acción humanitaria de Médicos del Mundo, Jorge Caravotta, han denunciado hoy en un acto en el Palau Robert de Barcelona el impacto humanitario de los bloqueos, restricciones de movimientos y políticas de permisos y demoliciones de infraestructuras en Gaza y Cisjordania.

Según los dos responsables de las dos ONG, el conflicto de Oriente Medio está negando "el derecho básico a la salud y a la alimentación de más de dos millones de palestinos".

Dificultades para acceder a los centros de salud y aumento de los problemas de salud mental derivados de la tensión y violencia en la zona son otras de las consecuencias del conflicto denunciadas por Silva y Caravotta.

"Las ONG podemos aliviar el sufrimiento y las necesidades humanitarias más inmediatas, pero la solución y la responsabilidad a largo plazo para asegurar los derechos básicos de la población es de Israel, de acuerdo con el derecho internacional humanitario", ha dicho Silva.

Caravotta ha explicado que "la ocupación genera más mortalidad y morbilidad, al tiempo que aumenta significativamente el impacto negativo psicosocial sobre la población palestina".

El responsable de Médicos del Mundo ha recordado que entre 2005 y 2010, un total de 120 mujeres palestinas dieron a luz en puntos fronterizos de seguridad policial, donde murieron 79 bebés.

Acción contra el Hambre trabaja en Palestina desde 2002 apoyando a 160.000 personas con programas de seguridad alimentaria, agua y saneamiento, mientras que Médicos del Mundo está en Gaza y Cisjordania desde el año 2006 trabajando especialmente en los temas de salud mental y psicosocial.