Francis Halzen
© DesconocidoFrancis Halzen en un momento de la rueda de prensa, en la sede madrileña de la Fundación BBVA.
La primera imagen de un neutrino cósmico, una partícula sin carga eléctrica procedente de objetos lejanos del Universo, podría obtenerse a finales de 2012, una vía para resolver uno de los grandes enigmas de la ciencia: qué es la materia oscura.

Ello ocurrirá "si hay suerte", ha avanzado a la prensa el estadounidense Francis Halzen, director del IceCube, un telescopio que ocupa un kilómetro cúbico y que se encuentra enterrado y sellado a 2.500 metros en las profundidades del hielo antártico.

El IceCube, cuya construcción duró veinte años y que comenzó a funcionar hace un año, es la "trampa" de neutrinos más sensible jamás edificado y la única lo bastante grande para cazar neutrinos cósmicos de muy alta energía.

La detección de estas partículas, predicha desde hace décadas, significaría una revolución en la física y en la astronomía.

En rueda de prensa, Halzen, conocido también por su labor de divulgación científica, ha explicado que esperan encontrar neutrinos "interesantes" (cósmicos), que "con suerte serán diez al año", ya que los detectados hasta la fecha proceden de fuentes terrestres.

Para ello, el IceCube posee más de 5.000 detectores del tamaño de pelotas de baloncesto, cuya función es atrapar la tenue luz azul que emiten en el hielo claro cuando los neutrinos atraviesan la Tierra.

Esta es la razón por la que se eligió construir el IceCube en el hielo cristalino y limpio de la Antártida, aparte de una razón práctica: EEUU ya poseía infraestructura en el Polo Sur y ello facilitó erigir el ingenio científico en este lugar inhóspito.

Durante este invierno, uno de los dos únicos científicos que han cuidado del Cubo de Hielo es el español Carlos Pobes, de la Universidad de Zaragoza, que está a punto de regresar después de estar aislado allí entre los meses de febrero y octubre.

Los datos que está recogiendo el telescopio -en una primera muestra más de 100.000 neutrinos- serán estudiados durante estas Navidades, una tarea para la que se emplean 1.500 ordenadores, ha añadido el físico teórico, que participará hoy en el ciclo "La ciencia del Cosmos", organizado por la Fundación BBVA para acercar la investigación de excelencia al gran público.

El IceCube funciona a pleno rendimiento durante los 365 días del año y las 24 horas, porque "sería una pena que no investigara la explosión de una supernova, algo que ocurre tres veces en un siglo".

Este telescopio es también un experimento de materia oscura: "buscamos la materia oscura que se ha acumulado en el centro del Sol donde, además, ocasionalmente se fabrican neutrinos; estos no son normales sino de muy alta energía, por eso son los que buscamos".

De este modo, se podría dar respuesta a la naturaleza de la materia oscura, de la que el Universo está compuesto en más de un 20 %, pero nadie sabe qué es. Aunque, "hasta el momento no hemos detectado nada", ha indicado Halzen.

El científico, director del Instituto de Investigación en Física de Partículas Elementales en la Universidad de Wisconsin-Madison, nunca ha pisado la Antártida. Las plazas, ha dicho, son demasiado valiosas y deben ser ocupadas por quien sepa resolver los problemas prácticos.

En el ciclo "La ciencia del cosmos" también intervendrán en próximas fechas el Premio Nobel Brian Schmidt y el cosmólogo Rashid Sunyaev, del Instituo Max Planck (Alemania).