Estrés post-traumático
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Cuando pensamos en acontecimientos traumáticos, es habitual que se nos vengan a la cabeza accidentes de tráfico, personas expuestas a la violencia, actos terroristas o, incluso, la imagen de un veterano de guerra que no puede dejar de revivir sangrientas acciones de combate, "arquetipos" del estrés post-traumático frecuentemente empleados en series de TV y películas.

Sin embargo, pocas veces caemos en la cuenta de que algunas enfermedades mentales conllevan elementos que pueden resultar igualmente traumáticos, ya sea por lo impactante de la propia sintomatología para la persona o por el miedo que pueden llegar a infundirle algunos aspectos relacionados con la enfermedad, como los ingresos hospitalarios. Los problemas que se asocian a una vivencia traumática de la enfermedad, como es conocido entre los profesionales de la salud mental, vienen a añadir un grado de complejidad adicional al tratamiento. Además, el estrés post-traumático en el contexto de los trastornos psicóticos supone un mayor desafío a la calidad de vida de quienes suman a pensamientos delirantes y alucinaciones otros síntomas como el temor, la desesperanza u horror intensos, las re-experimentaciones del evento traumático (p.ej. "flashbacks"), el aumento del nivel de activación y los esfuerzos por evitar todo aquello que tiene que ver con el hecho temido.

Sin embargo, las relaciones entre trastorno psicótico y estrés post-traumático están aún lejos de ser claras. En primer lugar, algunos autores, basándose en uno de los criterios del DSM-IV, cuestionan que pueda diagnosticarse estrés post-traumático cuando el evento que lo induce no es una amenaza "real" y "externa", sino que se trata de la propia sintomatología psicótica, como por ejemplo escuchar voces amenazantes o ver imágenes aterradoras en ausencia de los estímulos externos correspondientes. Sí que habría, no obstante, un mayor consenso acerca del diagnóstico de estrés post-traumático cuando éste deriva de eventos como las hospitalizaciones.

Aun así, no se trata tan sólo de una cuestión de "etiquetas diagnósticas", y son numerosas las dudas sobre la interrelación entre ambas problemáticas. ¿Tienen un origen común los trastornos psicóticos y el trastorno por estrés post-traumático? Podría ser... hay estudios que señalan que las vivencias traumáticas en la infancia o en la edad adulta pueden incrementar el riesgo de psicosis. ¿Un trastorno puede favorecer la aparición de la sintomatología del otro? También es una hipótesis razonable... como se ha mencionado, la propia sintomatología psicótica, y las demás experiencias estresantes que puede conllevar, podrían causar un miedo intenso en quien las vivencia. Sea como fuere, parece claro que la incidencia del estrés post-traumático es mayor entre las personas con un trastorno de tipo psicótico. En concreto, Berry et al. (2013), investigadoras de la Universidad de Manchester (UK), han publicado recientemente en Clinical Psychology Review una revisión de 28 artículos sobre este tema, encontrando que la prevalencia del estrés post-traumático en personas con trastornos psicóticos varía entre el 11% y el 67%, según los diferentes estudios, con una prevalencia media del 39%.

Pero, ¿cuáles serían las experiencias potencialmente estresantes que aparecen asociadas a los trastornos psicóticos? En su revisión, Berry et al. (2013) identifican también algunas de ellas:
- Los delirios de tipo paranoide y los pensamientos delirantes relacionados con la idea de ser controlado.

- Las voces amenazantes, imperativas o críticas.

- La sensación de pérdida de contacto con la realidad.

- Los pensamientos o intentos de dañarse a uno mismo o a otros.

- La presencia de síntomas afectivos, tales como la depresión, la ansiedad, o la manía.

- La experiencia de pérdida persistente, cambio y disrupción en la vida.

- Los problemas en las relaciones con otras personas.

- Las experiencias relacionadas con el tratamiento, los ingresos o la atención hospitalaria, como ser forzado a tomar la medicación, los efectos secundarios de ésta, la sedación, o el ser aislado o puesto bajo control.

- Las amenazas o actos de agresión por parte de otros pacientes o del personal sanitario.

- Los ingresos involuntarios y los episodios que implican la actuación de la policía.

- El ser aislado de los familiares, la falta de elección y la falta de comprensión de qué está ocurriendo durante el ingreso.

- El trato recibido por los profesionales sanitarios, cuando éste no es respetuoso y empático.

- Algunos factores del entorno físico, como el ruido, las puertas cerradas y la falta de privacidad.
Ahora bien, aunque estos factores resultan una fuente de estrés para las personas con trastorno psicótico que se ven expuestas a ellos, no parece que todos ellos se relacionen igualmente con un posible trastorno por estrés post-traumático. Por ejemplo, Berry et al. (2013) encontraron que la asociación entre estrés post-traumático y gravedad de la sintomatología psicótica no era consistente, y que tampoco parecía claramente establecida la relación entre las experiencias de hospitalización y el estrés post-traumático. Sí apreciaron, en cambio, que en las personas con trastornos psicóticos existía una conexión consistente entre los síntomas afectivos y el estrés post-traumático, así como entre este último problema y tener una historia de acontecimientos traumáticos. Sobre este punto, las autoras afirman que
de manera coherente con los modelos y hallazgos sobre otras formas de trastorno por estrés post-traumático, la historia de trauma y otras variables psicológicas, como las valoraciones de los acontecimientos y el afrontamiento, pueden ser más importantes que los síntomas existentes o las experiencias hospitalarias en lo que respecta a la gravedad del trastorno por estrés post-traumático asociado a la psicosis".
Berry et al. (2013) concluyen con algunas implicaciones prácticas. Por ejemplo, inciden en la necesidad de mejorar la experiencia de hospitalización, de forma que se minimice la exposición a aquellos eventos que pueden resultar potencialmente estresantes; pero también - enfatizan- es necesario entre los profesionales un mayor conocimiento de la problemática del estrés post-traumático en personas con trastornos psicóticos. Finalmente, de forma coherente con sus hallazgos, sugieren que el enfoque cognitivo puede ser una vía adecuada para abordar la posible asociación entre ambos problemas.

Puedes acceder al artículo de Berry et al. (2013) aquí. (Sólo abstract en abierto).
Referencia:
Berry K, Ford S, Jellicoe-Jones L, & Haddock G (2013). PTSD symptoms associated with the experiences of psychosis and hospitalisation: a review of the literature. Clinical psychology review, 33 (4), 526-38 PMID: 23500156