Principios de los sesenta. Un supuesto experimento sobre memoria y aprendizaje en la Universidad de Yale. Un grupo de sujetos voluntarios que, atraídos por los anuncios que han visto en el periódico, se deciden a participar en él, tan sólo por 4.50 dólares de la época y su inestimable contribución al progreso de la Ciencia. Un sorteo amañado. Una máquina, el generador de descargas, capaz de administrar desde un suave cosquilleo eléctrico a un shock letal. Investigadores inflexibles de bata blanca. Gritos. Gestos de incredulidad, duda, y alguna que otra resistencia. Una frase inquietante, "El experimento requiere que Ud. continúe". Una revelación sobre la naturaleza humana: el 65% de los participantes seguía las instrucciones de la autoridad, aunque ello supusiera aplicar una descarga de 450 voltios a sus semejantes. Y al final, una nueva revelación y un giro de la historia... todo era un montaje, Ud. no ha torturado a nadie en nombre de la Ciencia... pero podría haber llegado a hacerlo.
Imagen
© Wikimedia Commons.Un generador de shock, utilizados en los experimentos de obediencia de Milgram.
Son los ingredientes del controvertido, inteligente y elegante experimento de Stanley Milgram sobre obediencia a la autoridad, del cual en este mes de octubre se cumplen 50 años de su publicación en el Journal of Abnormal and Social Psychology. Se trata de uno de los hitos en la historia de la psicología social, y uno de los máximos exponentes de la que se conoce como su "edad dorada", en la que complejos temas sociales eran cordialmente invitados a entrar en rudimentarios laboratorios, para su conveniente análisis. Una época que requería de un especial ingenio por parte de los investigadores. También se trata de uno de los estudios psicológicos con mayor impacto social, y ello a pesar de que en el período de la "crisis" de la psicología social se denostaran los estudios de laboratorio, precisamente por caer sobre ellos la sospecha de estar alejados de la realidad social. Irónico, ¿no?

Lo cierto es que cincuenta años después, en un mundo en el que tratamos de explicar nuestra conducta descifrando (neuro-)imágenes en color del cerebro, seguimos quedándonos boquiabiertos ante los hallazgos -filmados en blanco y negro- de Milgram. ¿Por qué?

Tal vez en uno y otro caso por la misma razón... nos fascina conocer qué esconde el ser humano detrás de su apariencia, cuál es su "verdadera naturaleza", ya se trate de secretos neurológicos o psicosociales. Por eso Freud, que trabajó sobre ambos tipos de secretos, sigue conservando su sex appeal, nunca mejor dicho. Pero el éxito de Milgram también reside en otro factor, por cierto, bien conocido igualmente por Freud y los buenos dramaturgos: para que un argumento enganche, debe haber un conflicto. Y en su experimento lo había:
"el conflicto deriva de la oposición de dos disposiciones conductuales profundamente arraigadas: primero, la disposición a no dañar a otras personas, y segundo, la tendencia a obedecer a quienes percibimos como autoridades legítimas" (Milgram, 1963).
El trabajo de Milgram no ha estado exento de críticas, y quizá este carácter controvertido es la tercera causa de su éxito. Es obvio que, desde un punto de vista ético, el experimento de Milgram no se ajusta bien a los estándares actuales. Más aún, algunos críticos incluso han sugerido la existencia de aspectos de mala praxis científica en la forma de proceder del propio Milgram y sus colaboradores. Sea como fuere, el objetivo de este post no es entrar en debates, sino simplemente aportar algunos recursos que se encuentran en la web, para conmemorar este hito de la investigación psicológica.

El primero de tales materiales es una lectura obligada: el artículo original de Milgram, Behavioral study of obedience, de 1963. Pocas veces un artículo científico se lee como una historia de intriga, pero en este caso el suspense se mantiene hasta el final. (Puedes acceder a su texto completo haciendo click aquí).

Existen en Internet numerosos videos y recreaciones - más o menos fieles al original- sobre el experimento de Milgram, algunas de las cuales son destacables. Esta primera es un extracto del documental The human behavior experiments, dirigido por Alex Gibney y con el propio Milgram en el reparto, quien además de investigador social fue un pionero en la comunicación científica audiovisual, facetas que él entendía como complementarias. También destacable es la aparición de Thomas Blass, experto en Milgram y autor de la web stanleymilgram.com y del libro sobre él The man who shocked the world. Y sobre todo, son una joya los fotogramas originales del experimento de Milgram insertados en el documental.


Otro documento imprescindible es una grabación de audio emitida por la ABC Radio National en 2008, en la que se puede escuchar la voz de los participantes en el experimento de Milgram. Puedes escucharla aquí

Una recreación interesante y relativamente reciente es la que realizó Derren Brown en The Heist en 2006.


La revista de la British Psychological Association, The Psychologist, dedicó un especial a Stanley Milgram en 2011, con motivo de los cincuenta años de la realización del famoso experimento. Aunque el manuscrito fue enviado al Journal of Abnormal and Social Psychology por Milgram en 1961, no vio la luz hasta 1963... parece que el proceso de revisión también fue prolongado para un genio como él. Puedes acceder al especial de esta revista haciendo click aquí.

Sobre las críticas a Milgram, dejando a un lado las que se hicieron en el período de la crisis de la psicología social, recientemente han aparecido algunos posts que puede ser interesante tener en cuenta...Por ejemplo, en este de John Grohol se afirma que en realidad no somos tan malos como se desprende de los experimentos de Milgram, a la vez que hace un repaso de los aspectos no tan claros en la praxis de Milgram como investigador. En este otro, Jeremy Dean nos llama la atención sobre algunas debilidades metodológicas y conceptuales que podría tener el célebre experimento. Más críticas a Milgram...aquí y aquí.

En realidad, muchos de estos artículos no han hecho sino hacerse eco del reciente libro de Gina Perry Behind the shock machine. The untold story of the notorious Milgram psychology experiments, autora que también se une al debate con un post en Discover. Y, como contracrítica, nuevas réplicas recientes que parecen ir en la misma línea que el experimento original, y que puedes leer aquí.

Finalmente, el experimento de Milgram también ha servido de inspiración para guionistas de cine y televisión. La serie norteamericana The Tenth Level o la película francesa I... comme Icare son ejemplos de ello. Más recientemente, el documental El juego de la muerte explora el tema de la obediencia creando un falso concurso de televisión basado en el experimento de Milgram, en el que la autoridad queda representada no ya por un científico, sino por todo el entramado implicado en la producción de un programa para la audiencia.

En definitiva, cincuenta años después, el experimento de Milgram sigue dando que hablar y que pensar...quizá la cuarta razón del éxito de Milgram es simplemente una pregunta que todos nos hacemos: ¿Cómo reaccionaría yo en la misma situación?
Referencia:
Milgram, S. (1963). Behavioral study of obedience Journal of Abnormal and Social Psychology 67(4), 371-378 DOI: 10.1037/h0040525