Hay niños soldados combatiendo en Sudán del Sur y además se han registrado matanzas masivas, ha informado el subsecretario general de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ivan Simonovic.

Niño soldado
© Mohammed Sheikh Nor/AP/Scanpix
"Las informaciones que nos llegan dan cuenta de matanzas masivas, ejecuciones extrajudiciales, destrucciones a gran escala, saqueos y el reclutamiento de niños soldados", ha declarado a la prensa Simonovic en una visita a Sudán del Sur.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), dijo que también tenía "informes creíbles de que hay niños participando en el conflicto", aunque no brindó cifras.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) acusa a las fuerzas del presidente Salva Kiir y del exvicepresidente Riek Machar de llevar a cabo atrocidades en el conflicto, que comenzó el 15 de diciembre.

En referencia a una milicia que ha devastado el estado de Jonglei (este) en los combates que libra junto a soldados amotinados leales a Machar en la localidad de Bor, en manos rebeldes, el titular ha asegurado que los informes que disponen revelan que se está reclutando a un cierto número de niños soldados en el llamado Ejército Blanco.

Las organizaciones de ayuda humanitaria cifran en 10 mil el número de personas muertas en los combates, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió a ambos bandos de que serán considerados "responsables".

En este mismo sentido, Simonovic ha precisado que es necesario que se rindan cuentas por toda violación de los derechos humanos cometida.

La ONU también juzgó posible este viernes que, a finales de mes, más de 100 mil sursudaneses hayan huido a campos de refugiados de países cercanos, como consecuencia de la violencia.

Asimismo, recientemente la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) alertó del aumento considerable del hambre y el sufrimiento de la población sursudanesa.

La crisis política comenzó en julio de 2013, cuando Salva Kiir destituyó a Machar y, meses después, se agudizó, cuando militares disidentes trataron sin éxito de asaltar el Ministerio de Defensa, la sede del partido gobernante Movimiento Popular para la Liberación de Sudán (MPLS) y el mayor almacén de armas de la capital, Yuba.