China responde a los altos niveles de contaminación con pantallas gigantes que anuncian los bellos destinos del país, creando un fortísimo contraste con la realidad que se vive en la ciudad.
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Es bien sabido que la ciudad de Beijing, China, es una de las más contaminadas del mundo. Los altos niveles de polución de la ciudad han alcanzado niveles 20 veces más altos de los considerados seguros para la salud. La baja calidad del aire de esta metrópolis empeora durante los meses de invierno debido a una estancamiento de las corrientes de aire que, a la vez, se combinan con un incremento en las emisiones de carbono. La contaminación del aire de Beijing es tan alta que limita la visibilidad de aquellos que transitan sus calles.

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Contrastando con el ambiente gris y nublado de la ciudad, en la plaza Tiananmen, hay enormes pantallas de LEDs que presentan imágenes de amaneceres rojos y cielos azules. Las pantallas anuncian destinos turísticos en China y otros mensajes del gobierno, uno de ellos incluso dice: "Proteger el medio ambiente es responsabilidad de todos". Las imágenes resplandecen y contrastan con el smog que las rodea. Estas enormes pantallas fueron erigidas en el 2009 para celebrar el 60 aniversario de China comunista.
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La increíble densidad de la niebla tóxica que cubre Beijing, junto con las imágenes de bellos amaneceres en otras partes del país, han dado pie a una serie de fotografías que parecen sacadas de una película de ciencia ficción. Estas se han viralizado debido a que ponen en evidencia como el "desarrollo económico a cualquier costo" que China práctica, amenaza tanto a sus habitantes como al medio ambiente, y estas pantallas son una ilusión tecnológica que no convence a nadie.