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Ante la presencia del gusano descortezador (dendroctonus mexicanus), que en su etapa adulta es similar a un escarabajo de un tamaño aproximado a los dos centímetros, Conafor teme un desastre ecológico en los bosques potosinos.

El animal afecta desde hace 10 años el bosque de Xilitla, principalmente coníferas y en una gran proporción pinos. Solo en ese municipio suman mil 510 hectáreas afectadas. No hay productos químicos ni medida de control físico que combatan la plaga que también ha dañado 10 hectáreas en Santa María del Río y 140 hectáreas en Rioverde.

En total, son mil 660 hectáreas dañadas, algo así como cuatro parques Tangamanga I juntos.

El delegado de la Comisión Nacional Forestal, Martín Toranzo Fernández, informó que en unos 30 años las coníferas podrían desaparecer del territorio mexicano si no se encuentra una solución. La plaga infestó zonas boscosas de Durango, Chihuahua, Nuevo León, Zacatecas, Tamaulipas, San Luis Potosí, Sinaloa y Coahuila.

La superficie afectada en el país es de 184 mil 842 hectáreas. En Canadá, el ministro de agricultura, declaró con preocupación que no había solución. Canadá tiene las mayores áreas boscosas del continente.

En Xilitla hay 29 mil 285 hectáreas de bosques y aparte del gusano descortezador, el año pasado se presentó otra plaga que aún se desconoce si se trata de una mutación o algo diferente pero que de igual forma ataca a los árboles, en este caso encinos.

Hace año y medio se hizo un convenio con la Universidad de Stanford en San Francisco, California, para hacer investigación enfocada en la ingeniería genética, es decir, modificar la genética del agente causal de la plaga para que cambie su comportamiento destructivo y genere algún tipo de aprovechamiento para equilibrar el medio ambiente, pero "hasta hoy no se ha podido manipular genéticamente", lamentó.