El saldo oficial del terremoto de 7,8 registrado el sábado pasado se eleva ya a 4.000 fallecidos, más de 8.000 heridos y unos 8 millones de afectados. Las autoridades advierten de que el número de muertos puede llegar a 10.000: el difícil acceso a algunas de las zonas hace complejo tanto el rescate como el recuento de las víctimas. Entretanto, el descontento aumenta en el país: los sobrevivientes, desesperados, denuncian la falta de asistencia adecuada (cuando la ha habido) en todas las regiones.
De hecho, en la capital, Katmandú, la gente no tiene tiendas de campaña suficientes. Muchas personas duermen en las tuberías de desagüe. Numerosos enfermos y heridos descansan a la intemperie: los hospitales carecen de espacio, personal y medicamentos suficientes para atender a todos los afectados. El agua potable y los alimentos también escasean.
As more families pouring inside CA perimeter, shortage of tents,long lines for medical supplies .#NepalQuakepic.twitter.com/r5I9h9hlGE
— Anurag Acharya (@Anurag_Acharya)April 27, 2015
Injured Janaki Chand and her family of 9 forced to camp with no make shift tents inside CA compound.#NepalQuakepic.twitter.com/i5y2D63jAS"Nos hemos convertido en refugiados. Nadie del Gobierno se nos ha acercado ni siquiera para ofrecernos un vaso de agua. Nadie ha venido para saber de nuestro estado de salud. Nos hemos visto totalmente abandonados a nuestra suerte aquí", explica a la agencia Reutersla estudiante Sarga Dhaoubadel.
— Anurag Acharya (@Anurag_Acharya)April 27, 2015
People holed up inside sewer pipes lying on roadside, meant for reconstruction.#NepalQuakepic.twitter.com/OTgx71tFCT"Las botellas de agua nos las vendían a 10 dólares. Nos robaron a todos. Nos han estafado", aseguró en rueda de prensa Jonathan Herranz, turista español de 27 años y uno de los primeros europeos evacuados de Nepal, al referirse al tiempo que había pasado en el aeropuerto de Katmandú en espera de su vuelo. Herranz describe las condiciones en que pasó 50 horas encerrado en un aeropuerto, con la gente —tanto adultos como niños— reunidas en una pista, con "mucho frío" y sin mantas. Acentuó que no se les ofreció ni agua ni comida. "Nos han tratado como a perros", resume.
— Anurag Acharya (@Anurag_Acharya)April 27, 2015
#Kathmandu airport no food water or shelter thousands seeking aidpic.twitter.com/SeEUe7ZUEG
— bebird (@bebird)April 26, 2015
People lining up all over airport, trying to get out after earthquake,@MarquardtAreports upon arrival in Kathmandu.pic.twitter.com/pjVVKWLBiqHay una categoría más de víctimas silenciosas del desastre de Nepal, sostiene, por su parte, el periodista de la BBC Rani Singh. Se trata de los miles de refugiados tibetanos presentes en el país desde 1959. La mayoría de ellos viven en la ilegalidad, en numerosas aldeas remotas dispersas por las montañas, hoy reducidas a escombros en su mayoría. "No tienen derechos como otros residentes ni tarjetas de identidad. No tienen Estado propio y, por tanto, son invisibles", lamenta Singh.
— ABC News (@ABC) April 26, 2015
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