El campo mórfico pretende definir la existencia de un patrón o estructura energética que sería la que organiza la vida de los miembros de todas y cada una de las especies existentes y que se encargaría de "informar" a las células sobre cómo deben disponerse para formar al individuo de cada especie, determinando de manera sutil los movimientos, tendencias y comportamientos de todos los ejemplares de la misma.
El campo mórfico nos se encontraría en los genes, sino que se "ubicaría" en el exterior de cada individuo concreto. Sería el depositario de la información esencial que permite que la vida se desarrolle. Según Sheldrake, en los campos mórficos residiría buena parte de lo que actualmente llamamos instinto (que suele ubicarse, sin prueba alguna, en algún rincón del cerebro). También sería la fuente u origen de los sentimientos religiosos o místicos. En suma, el campo mórfico no pertenecería al mundo físico, sino que sería inmaterial y constituiría una especie de memoria colectiva.
¿Y la resonancia mórfica? Sería una vía mediante la cual el conocimiento se transmite instantáneamente entre los miembros de una especie y ello independientemente del espacio y del tiempo.
La respuesta-reacción de los científicos reduccionistas fue brutal y directa como es de esperar cuando una bocanada fresca de conocimiento nuevo se hace sentir bajo las anquilosadas posaderas de los gerifaltes y voceros de una gerontocracia que yace muy cómoda y quiere impedir con todas sus fuerzas que sus viejos paradigmas sean mínimamente modificados.
Sheldrake con sus trabajos está queriendo decirnos que no existen leyes inmutables, solo existen hábitos y las llamadas constantes no serían mas que el reflejo temporal de unos hábitos muy asentados pero que se pueden ver modificados. En otros términos Sheldrake nos quiere decir que en la Naturaleza hay complejísimos sistemas en los que el todo y las partes están en continúa relación buscando el equilibrio. Por eso, cuando creemos que hemos encontrado una constante, en realidad se trata de la manifestación de un momento de estabilidad.
Estudiosos y agudos observadores como nuestros científicos se han sumergido previamente, décadas, en las enseñanzas mas antiguas de Oriente de la que extrajeron la importancia que representaba para la consecución de sus objetivos la compresión y conocimiento de la antes mencionada Geometría Sagrada, considerada ésta como la estructura morfogénica que se encuentra tras la propia realidad y constituye el soporte de las matemáticas.
Los campos morfogenéticos o campos mórficos llevan información, no energía, y son utilizables a través del espacio y del tiempo sin perdida alguna de intensidad después de haber sido creados. Son campos no físicos que ejercen influencia sobre sistemas que presentan algún tipo de organización inherente.
"La teoría de la causación formativa se centra en cómo las cosas toman sus formas o patrones de organización. Así que cubre la formación de galaxias, átomos, cristales, moléculas, plantas, animales, células, sociedades. Cubre todas las cosas que tienen formas, patrones o estructuras o propiedades auto-organizativas. Todas estas cosas se organizan por sí mismas. Un átomo no tiene que ser creado por algún agente externo, se organiza solo. Una molécula y un cristal no es organizado por los seres humanos pieza por pieza sino que cristaliza espontáneamente. Los animales crecen espontáneamente. Todas estas cosas son diferentes de las máquinas, que son artificialmente ensambladas por seres humanos.La teoría cuántica se puede relacionar con los campos mórficos precisamente por su similar aspecto espacial que implica conexiones a distancia imposibles de explicar con las leyes de la física tradicional.
Esta teoría trata sistemas naturales auto-organizados y el origen de las formas. Y asume que la causa de las formas es la influencia de campos organizativos, campos formativos, que llamo campos mórficos. El rasgo principal es que la forma de las sociedades, ideas, cristales y moléculas dependen de la manera en que tipos similares han sido organizados en el pasado. Hay una especie de memoria integrada en los campos mórficos de cada cosa auto-organizada. Concibo las regularidades de la naturaleza como hábitos más que cosas gobernadas por leyes matemáticas eternas que existen de alguna forma fuera de la naturaleza".
El aspecto de la no localización de esta teoría en lo que se refiere a que las partes del sistema cuántico alguna vez unidas conservan una conexión inmediata a distancia es asombroso y a la vez contradictorio en relación con lo conocido; pudiéndose representar en forma matemática como un campo de múltiples posibilidades.
Tal como sucede con los átomos y las moléculas, se puede inferir que así también ocurre con los miembros de los mismos grupos sociales cuando se separan, que conservan el mismo tipo de conexión.
La teoría del físico matemático David Bohm del orden implicado, que imagina un orden replegado que subyace al orden explicitado en la naturaleza, también resulta compatible con la idea de los campos mórficos. Estas relaciones también han sido investigadas por los físicos cuánticos Amit Goswami, norteamericano, y por el alemán Hans-Peter Dürt.
La existencia de los campos mórficos se pueden probar más por sus efectos que en forma directa y la mejor manera de comprenderlos es trabajando directamente con grupos de organismos organizados. Estas sociedades de individuos pueden transmitirse información a distancia sin estar conectados por medios sensoriales conocidos.
Es difícil comprender por medios tradicionales cómo se comunican las bandadas de pájaros para cambiar de dirección con rapidez y sin chocar unos con otros. De la misma forma es difícil conocer la real naturaleza de los vínculos humanos, que se llevan consigo a todos lados sus significados, presintiendo a distancia las emociones de sus afectos.
Se puede inferir que los campos mórficos trascienden el cerebro y nos unen a los objetos que percibimos proporcionándonos la capacidad de afectarlos con nuestra atención e intención. De manera que con sólo mirarlas podríamos influir en las cosas; y esto se puede comprobar cuando nos damos cuenta que alguien nos está mirando desde atrás.
Siguiendo a Rupert Shaldrake, la resonancia mórfica en biología representa la existencia de una memoria intrínseca en el comportamiento de los organismos. A diferencia del instinto o morfogénesis, la resonancia mórfica evoluciona en forma colectiva, observándose adaptaciones en gran escala en todo el mundo a grandes distancias, haciéndose habitual. Los caballos hace medio siglo solían lastimarse con los alambrados en los campos. En ese tiempo toda la especie aprendió a evitar el alambre de púas. Y no solamente reaccionan en forma diferente frente a este obstáculo sino que en general no reaccionan como sus predecesores. Lo mismo pasa con la juventud actual, no reaccionan como lo hacían sus ancestros, aunque no difiera su educación.
El concepto de resonancia mórfica permite comprender mejor el aprendizaje humano, incluyendo la adquisición del lenguaje. Las observaciones realizadas por lingüistas como Noam Chomsky, han revelado que es imposible explicar la rapidez y la creatividad en la adquisición del lenguaje solamente en términos de imitación. Este proceso se hace evidente cuando vemos la evolución de nuevos lenguajes que se desarrollan con suma rapidez. Los niños suelen agregar complejidad gramatical en palabras simples llegando a elaborar un nuevo tipo de lenguaje muy expresivo.
Si es cierto que la resonancia mórfica existe entonces el promedio de rendimiento en los tests de inteligencia debería aumentar, no porque sean más inteligentes sino porque les resultan más fáciles de resolver como resultado de la resonancia mórfica.
Comentario: Si bien desde SOTT no afirmamos que son correctas las ideas de la llamada "Geometría Sagrada", mencionadas por este artículo, así como otras ideas del autor del mismo, nos parece interesante dar a conocer las ideas de Rupert Sheldrake; quien parece estar avanzando en una explicación de la realidad que podría abrirnos las puertas a comprender aspectos de la misma que aún no han podido ser explicados por la ciencia convencional.
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