Científicos de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Santiago de Compostela han evidenciado que comenzar a beber alcohol entre los 11 y 13 años se asocia con el desarrollo de síntomas como la somatización, la hostilidad o la agresividad.

Comenzar a consumir bebidas alcohólicas durante la pubertad es una situación que se está volviendo cada vez más habitual, según se desprende de la última encuesta realizada durante el curso 2014-2015.
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© EFEEl síntoma más frecuente registrado por los adolescentes fue la somatización, que implica experimentar sensaciones de malestar corporal.
El estudio realizado por científicos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad de Santiago de Compostela ha puesto el foco en las consecuencias para la salud que podría tener el iniciarse a beber alcohol en edades tempranas.

El estudio fue hecho a 3 mil 696 estudiantes universitarios de dieciocho años, el cual reveló que empezar a consumir alcohol a una edad temprana se asocia con un aumento de los síntomas psicopatológicos, es decir, de indicios que apuntan a la posibilidad de padecer una alteración psicológica en el futuro.

Estos estudios están financiados por la Delegación Nacional del Plan sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Síntomas

Los científicos tuvieron en cuenta nueve dominios psicopatológicos: ansiedad, depresión, obsesión - compulsión, fobia, hostilidad, ideación paranoide, sensibilidad interpersonal, psicoticismo y somatización.

Iniciarse en el consumo de alcohol entre los 11 y los 13 años aumenta el riesgo de experimentar síntomas de malestar en comparación con aquellos cuyo inicio se sitúa a partir de los dieciséis años.

Otros síntomas comunes fueron la hostilidad y la agresividad, lo que conlleva a una mayor propensión a manifestar ideas o comportamientos violentos hacia otros o hacia sí mismos.

Ellas, más vulnerables

A pesar que la vulnerabilidad a los efectos del alcohol es alta tanto en hombres como en mujeres, el estudio que ha sido publicado en Psicothema revela que ellas registraron valores más altos de los indicadores, mostrando signos de ansiedad y depresión. Los hombres, por su parte, manifestaban mayor grado de psicoticismo.

No obstante, los autores han querido inducir que se trata de un "estudio transversal" del que no se puede establecer una causa - efecto entre el consumo de alcohol y padecer los síntomas.

Nuevo estudio revelador

Además de realizar este estudio, parte del equipo investigador ha participado en otro trabajo junto con investigadores del Centro de Tecnología Biomédica CTB y la Universidad de Minho (Portugal) con el que han evidenciado que en el cerebro de jóvenes consumidores de alcohol se producían alteraciones funcionales tras dos años de consumo.

Según García Moreno, se ha descubierto "una diferente configuración funcional de diversos circuitos cerebrales, sean consumidores o no, la cual se ha ido incrementando con el paso del tiempo en los bebedores". En concreto, algunas de las zonas que mostraron alteraciones fueron el precúneo, el cinglo anterior y posterior, el córtex medio prefrontal y córtex inferior pariental.