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© El UniversalAutoridades estadounidenses dejaron cruzar armas de alto poder en la frontera con México durante 15 meses. En la imagen, arsenal decomisado en octubre de 2010 a presuntos “zetas” en Tabasco
Conforme avanzan las investigaciones sobre el fallido operativo de Rápido y furioso, mediante el cual se permitió el tráfico ilegal de armas a México durante 15 meses, documentos judiciales sacaron a relucir que la responsabilidad de ésta misión encubierta no sólo habría recaído en la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF), sino en varias agencias federales que fueron informadas.

Según reveló la cadena de televisión CBS a partir de documentos que forman parte de la investigación, la lista de agencias federales que estaban al tanto de la operación Rápido y furioso es más larga de lo que se creía en un principio e incluye a distintas agencias del Departamento de Seguridad Interna (DHS), el servicio de Marshalls, la agencia antinarcóticos (DEA), la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) y la oficina de la fiscalía, dependiente del Departamento de Justicia, que les habría supervisado.

Según la investigación realizada por CBS, los agentes de ATF a cargo de la operación para comprar y traficar ilegalmente armas a México habrían mantenido conferencias con algunos de sus contrapartes en varias agencias federales para informarles del operativo

El intercambio de información es una práctica común dentro del denominado grupo de tarea que conforman un nutrido número de agencias federales bajo el dominio de los Departamento de Seguridad Interna (DHS) o de Justicia y que coordinan sus esfuerzos en la lucha contra el tráfico de drogas, de armas y de dinero.

Funcionarios del Departamento de Justicia consultados por El Universal se negaron a comentar sobre éstas nuevas revelaciones difundidas por CBS y se remitieron a las declaraciones del fiscal general, Eric Holder, ante el comité de apropiaciones del Senado. Mientras se conocía esta información, el presidente estadounidense, Barack Obama, negó de manera tajante haber autorizado la operación.

En entrevista con el periodista Jorge Ramos, de la cadena Univisión, Obama dijo que no autorizo ni fue informado de la operación y confirmó que el presidente de México, Felipe Calderón, tampoco fue informado. "Se pudo haber cometido un serio error", dijo Obama sobre Rápido y furioso y reiteró que se indaga el caso.

En México, la canciller Espinosa Cantellano se deslindó de ser notificada de la investigación de la fallida operación Rápido y Furioso. Dejó en claro que en la Secretaría de Relaciones Exteriores "no somos nosotros la contraparte que tenemos participación directa en los operativos, entonces, la cuestión de avances en las investigaciones primero irán a otras dependencias del gobierno federal".

Durante la audiencia del 10 de marzo Holder consideró como "inaceptable" el permitir o encubrir el tráfico ilegal de armas a México y reiteró que ya había solicitado al inspector general del Departamento de Justicia emprender una investigación para "llegar al fondo".

Desde la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF), se negaron a comentar estas nuevas alegaciones por considerar que el caso ya está con un juez. "No podemos comentar sobre un caso que está bajo investigación judicial", dijo Tim Carrol, portavoz de ATF.

Hace casi dos semanas, la titular del Departamento de Seguridad Interna (DHS, por sus siglas en inglés), Janet Napolitano, declaró ante una audiencia senatorial que nunca fue informada de la operación Rápido y furioso, ni del riesgo de las operaciones encubiertas que habrían permitido el trasiego ilegal de miles de armas a México.

Consultados sobre las revelaciones de CBS en las que se señala que agencias federales bajo la responsabilidad de DHS habrían sido informadas del trasiego ilegal de armas a México, funcionarios de esa dependencia se abstuvieron de emitir comentarios sobre el caso. En la nueva entrega de la cadena CBS, un segundo agente de ATF decidió dar la cara para denunciar los entretelones de Rápido y Furioso y para considerar que "este incidente representa uno de los momentos más oscuros en la historia de la ATF".

Tras las revelaciones de John Dodson, el primer agente que decidió dar un paso al frente para denunciar una operación encubierta que permitió durante varios meses el tráfico ilegal de armas a México, un segundo agente de origen mexicano, René Jáquez, decidió sumar su testimonio público para sacar a relucir un operativo que no sólo resultó fallido, sino que causó la muerte del agente de la patrulla fronteriza, Brian Terry, en diciembre pasado.

Según los reportes de ATF que han salido durante la investigación, aproximadamente unas mil 765 armas fueron vendidas a presuntos contrabandistas en un lapso de 15 meses como parte de la investigación. De este total, 797 fueron recuperadas en ambos lados de la frontera México-EU, incluyendo las 195 que fueron ligadas a crímenes en suelo mexicano.