¿Quién lo diría? En medio de acusaciones en contra de Trump por sus supuestas relaciones con Rusia y luego de que varios de sus asesores fuesen "dados de baja", Wikileaks nos entregó las revelaciones Vault7, una colección de miles de documentos en los que se describe precisamente qué tan profunda es la capacidad de espionaje de la CIA.
cia vault7
© Sott.netCuartel general de la CIA... los inquisidores del siglo XXI.
Los detalles de esta escandalosa información son vastos y terroríficos. Pero podría resumirse de manera sencilla con la siguiente sentencia: La CIA cuenta con la capacidad de utilizar cualquier tipo de dispositivo electrónico - desde televisores hasta teléfonos móviles, ya sea con iOS o con Android - para adquirir información sobre prácticamente cualquier aspecto de nuestras vidas.

La revelación también describe con buen nivel de detalle la capacidad de la agencia de inteligencia para obtener acceso a la computadora de abordo de los automóviles e incluso conseguir a través de este acceso que los sistemas de seguridad (frenos por ejemplo) dejen de funcionar repentinamente. Recuerden el extraño caso de Michael Hastings por ejemplo.

Ahora que ha salido a la luz posiblemente veamos una enorme cantidad de reseñas y artículos de opinión al respecto, pero lo que de ningún modo creo que deberíamos esperar es que los medios masivos de comunicación se pronuncien con vehemencia al respecto. Este seguramente será uno de esos "asuntos" que simplemente necesitan ser ignorados hasta que se pierdan en el tiempo y desaparezcan de la memoria colectiva de la gente, gracias al efecto somnífero de los últimos estrenos Hollywoodenses o la cobertura estelar de los más recientes escándalos farandulezcos.

Dado el caso podríamos suponer que algún individuo con conciencia haya tenido la sincera intención de hacer pública esta información; tal vez alguien entendió que estos documentos tenían que ser entregados al público urgentemente para abrir un debate sincero al respecto. O tal vez todo este grotesco sainete sea sencillamente el resultado de rencillas internas en el seno de Washington. ¿Quién sabe?...

Sin importar cual sea el caso lo que creo que no debería ignorarse es cierta sugerente sincronicidad en la línea de tiempo entre la aparición de esta reveladora información y los eventos que han acompañado a Donald Trump desde que empezó su mandato (aunque también posiblemente desde antes).

No debe olvidarse que no hace mucho Trump y parte de su gabinete se vieron señalados por "pintorescas" denuncias y acusaciones de tener relaciones "carnales" con sus camaradas rusos. Como usted sabe, en esta pseudo-realidad fabricada por los medios en la que vivimos, ser amigos de los rusos es axiomáticamente muy malo, por ende, como diría el Sr. Spock, la conclusión lógica sería: Trump es malo.

¿Pero por qué repiten una y otra vez que el contacto con funcionarios rusos es malo? La razón parece ser el hackeo ruso (sin evidencias por cierto) al Comité Nacional Demócrata durante el período electoral del 2016 en EE.UU. para favorecer a Trump.

En aquel momento, cuando las acusaciones demócratas apoyadas por gigantes mediáticos acusaban a Donald Trump de connivencia con el gobierno ruso, el empresario respondió denunciando que Obama y su administración lo habían de hecho espiado a él en la torre que lleva su mismo nombre durante su campaña. La defensa del expresidente fue la esperada; de inmediato y con ese cinismo tan característico desmintió las acusaciones y las tildó de ridículas. Pero hoy, después de la revelación de Wikileaks, este hecho ha quedado en clara evidencia, así que cualquier intento de desmentirlo sería insensato por decir poco.

La Historia al rescate: Inquisición 2.0

La Historia de nuestra "civilización" ha sido muy amable con nosotros y nos ha dejado un valioso tesoro oculto en sus crónicas. Entre su pródigo legado existe un suceso que, si nos esmeramos lo suficiente, nos podría resultar muy instructivo para los tiempos que corren.

Hace muchos años, durante los períodos más "notables" de la Inquisición, existió una práctica común consistente en que ciertas figuras o instituciones muy poderosas, en algunas ocasiones, utilizaban tácticas de intimidación indirectas. Según las crónicas de la época, los oficiales inquisidores anunciaban con anticipación su llegada a los diferentes pueblos que planeaban visitar en su tour de "conversiones", para que cada uno de los habitantes, invadidos por el miedo a la condena, reflexionara de forma cuidadosa acerca de sus pecados. Es decir, el anuncio funcionaba como una alarma que se disparaba para hacer que aquellos hombres estuvieran más atentos y conscientes de los tiempos que pronto vendrían.

Si lo pensamos bien las revelaciones de Vault7 podrían hacernos sentir miedo y forzarnos a reflexionar sobre nuestra vida, la realidad en la que vivimos, y los tiempos que vendrán. El hecho de sentir que todos (¡y esta vez sí es todos!) podemos ser espiados sin mayor dificultad por sofisticados delincuentes que un día podrían decidir acabar con nuestra vida (o al menos arruinarla por completo), cuando se piensa bien, es verdaderamente atemorizante. Imagine que alguien en Langley (o Frankfurt) podría conocer sus "pecados" y tener registros digitales de ellos. Ese alguien sabría qué ha dicho acerca de quién y cuándo, y cuáles son sus concepciones, creencias, y filiaciones políticas.

Ante tal situación ¿qué podríamos hacer?

Podríamos vivir pacíficamente atrapados en una burbuja de ignorancia, sintiéndonos seguros y felices de que el mundo es tan bueno como nos lo describen; o podríamos escoger sentir el terror de la jungla de psicópatas en la que todos residimos.

La ventaja de elegir sentir el terror es que una vez que superamos el shock inicial y comenzamos a aceptar nuestra realidad tal cual es, empezamos a observar el mundo con mayor objetividad; y es en este proceso que podemos llegar a descubrir que todos vivimos bajo las mismas condiciones. Morando en las penumbras de esta sobrecogedora verdad puede gestarse en nosotros una visión única, un sentido de comunión con el resto de la humanidad por compartir un mismo verdugo y eventualmente un mismo destino.

El conocimiento objetivo de nuestra realidad también nos podría ayudar a prepararnos para responder a sus peligros de una manera práctica. Si sabemos que nos escuchan a través de nuestro televisor o teléfono móvil, tal vez sea momento de encontrar espacios específicos de privacidad e intimidad sin dispositivos digitales, de compartir de una forma cada vez menos virtualizada y más humana, de apagar y alejarnos de toda la radiación electromagnética que estos aparatos generan (y que además es extremadamente nociva para la salud).

Sea Vault7 planeada o no, fruto de un acto benevolente o efecto colateral de una disputa entre canallas, alguien quizá cuente con que esta filtración sea un instrumento intimidante que, como en la vieja Inquisición, nos fuerce a la autorregulación y a inhibirnos de "pecar". Si esta autorregulación va a basarse únicamente en un temor paralizante a un enemigo omnipresente del que apenas sabemos, podríamos desarrollar una actitud histérica y sumisa ante ellos. Por otro lado si no perdemos nuestra capacidad de pensamiento crítico podríamos salir victoriosos de todo este intrigante jaleo. Eso no quiere decir no sentir el miedo, sino sentirlo, hacernos consciente de él, entenderlo, y luego transformarlo en una valiosa herramienta de supervivencia. Sentirnos alienados y constantemente paranoicos sobre algo que no podemos cambiar ni controlar sólo nos convertirá en esclavos.

Las maquinaciones patológicas de seres con recursos ilimitados son hechos que no podemos cambiar. La presencia de seres fríos y crueles para quienes herir y controlar a otros seres vivos es placentero, es algo que no podemos cambiar. El hecho de que nos mientan todo el día, todos los días, es algo que no podemos cambiar. Pero todos estos hechos y muchos más, aunque no los podemos cambiar no podemos ignorarlos, pues la alternativa podría llegar a ser mortal.

Existe una antigua maldición china: "deseo que vivas en tiempos interesantes". Esta se refiere precisamente a los tiempos que hoy compartimos todos, con guerras, mentiras, y espías digitales. Pero el otro lado de esa moneda es justamente que en los tiempos interesantes es cuando un guerrero puede llegar a desarrollar sus capacidades al máximo.

Saber qué tan triste y poco esperanzadora es nuestra realidad puede ser doloroso. Pero este conocimiento, una vez asimilando, tiene un valor infinito y puede moldear nuestras acciones para responder más adecuadamente a la realidad. Es en estos términos que el conocimiento, sin importar lo difícil y doloroso que sea obtenerlo, nos protege.