El devastador incendio forestal declarado este sábado en el término municipal de Pedrógao Grande, en el centro de Portugal, ha causado por ahora 62 muertos y una sesentena de heridos, entre ellos varios bomberos. Cuatro de ellos y un niño están en estado muy grave.
La autoridades lusas hablan de "la mayor tragedia humana de los últimos tiempos para un suceso de este tipo" e informan que al menos 18 de los fallecidos perdieron la vida quedando carbonizados en sus coches en una carretera que une los municipios de Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pera, en el distrito de Leiria, donde "familias enteras" quedaron atrapadas por el avance de las llamas, sin poder mover sus vehículos ni ponerse a salvo, en algunos casos.
Los equipos de rescate que han conseguido acceder a la vía, que se encuentra en unza zona montañosa, se encontraron con un "escenario horrible" y vivieron escenas de gran dolor, al estarlos supervivientes en estado de shock. Muchos de ellos han perdido a familiares en el incendio, cuyas causas aún se desconocían este domingo, cuando se mantenía vio en cuatro frentes.
Siempre según las autoridades portuguesas, "los vientes descontrolados" que soplaron el sábado por la tarde contribuyeron a convertir "un fuego e bajas dimensiones en un incendio imposible de controlar".
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