La Organización de las Naciones Unidas (ONU) debe asumir todas sus responsabilidades por el daño causado al pueblo de Haití al introducir en 2010 el cólera en ese país, reclamó ante la Asamblea General del foro mundial el presidente haitiano Jovenel Moïse.
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"Ha llegado el momento de que la ONU dé total sentido a sus principios fundamentales, asumiendo todas sus responsabilidades ante el daño causado al pueblo haitiano", dijo Moïse en su discurso en el debate plenario del 72 período de sesiones de la Asamblea General.

Luego de varios años negando su responsabilidad, la ONU reconoció a fines de 2016 la responsabilidad que cupo a la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) en introducir el virus del cólera en el país caribeño.

Moïse agradeció este 21 de septiembre la presencia de la Minustah por 13 años en su país. Pero, agregó, "no podría dejar de recordar actos abominables de explotación violencia sexual y la introducción de la epidemia del cólera".

El mandatario añadió que "estas consecuencias de la presencia de la comunidad internacional entrañan la obligación moral de dar respuestas encaminadas a brindar los recursos necesarios para eliminar el cólera de Haití".

El nuevo secretario general de la ONU, António Guterres, adoptó el llamado nuevo enfoque, que consistió en el reconocimiento de la responsabilidad y en la creación del Fondo Fiduciario para la Respuesta al Cólera de 400 millones de dólares, que hasta ahora solo ha logrado reunir 2,6 millones de dólares.

"Me uno al llamado urgente del secretario general para dotar al fondo fiduciario especial y aplicar completamente el nuevo enfoque", dijo Moïse.

El mandatario haitiano también agradeció que la Asamblea General haya aprobado en julio la transferencia de 40,5 millones de dólares no gastados del presupuesto de la Minustah para la asistencia de las víctimas del cólera y para fortalecer los sistemas de saneamiento en Haití.

La Minustah fue aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU para contribuir a frenar la violencia y la inestabilidad política de Haití que se abrió tras el derrocamiento del presidente Jean-Bertrand Aristide en 2004.

Su permanencia se fue alargando y adoptó nuevos objetivos tras el mortífero terremoto de 2010, que causó la muerte de unas 220.000 personas y una devastación todavía muy visible en Puerto Príncipe y zonas aledañas.

Además de la introducción del cólera, se ha achacado a la Minustah actos de explotación y violencia sexual contra la población civil, en especial mujeres, niños y adolescentes.

La ONU decidió este año terminar el mandato de la Minustah en el próximo mes de octubre e iniciar una nueva misión, la Minujusth, que se centrará en apoyar a la policía haitiana y promover el Estado de derecho, entre otras acciones.

Las víctimas de la epidemia de cólera, introducida en Haití en 2010 por la misión de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), son casi 10.000 y siguen aumentando, mientras los huérfanos se cuentan por decenas de miles, dijo el presidente haitiano.

Casi 800.000 personas contrajeron el cólera desde entonces y, si bien el ritmo de contagios se hizo más lento, el país no ha logrado eliminar la enfermedad y los brotes resurgen debido a la falta de saneamiento y de acceso a agua potable.

A la ONU le llevo seis años reconocer su responsabilidad, pues fueron efectivos internacionales de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) los que introdujeron el virus en el país.