Al igual que sucediera en Rotherham, los abusos se sucedieron durante décadas en Telford sin que nadie hiciera nada.
El caso ha sido destapado por el 'Sunday Mirror'.
El caso ha sido destapado por el 'Sunday Mirror'.
"Odiaba lo que estaba pasando y mis violadores hacían que mi piel se pusiera de gallina, pero me dijeron que si decía una palabra a alguien irían a por mis hermanas pequeñas y le dirían a mi madre que era una puta", confiesa una chica que sufrió los abusos desde que tenía 14 años.

"Noche tras noche fui obligada a tener sexo con múltiples hombres en asquerosos restaurantes de comida para llevar y casas sucias. Durante un tiempo estuve pidiendo la píldora del día después en una clínica local al menos dos veces por semana, pero nadie me preguntó nada. Me quedé embarazada dos veces y tuve dos abortos. Horas después del segundo, uno de ellos me llevó para que me violaran otra vez. El peor momento fue cuando justo después de cumplir 16 cuando me drogaron y me violaron en grupo cinco hombres. Días después, el jefe de la banda apareció por casa y me dijo que la quemaría si decía algo de lo que había pasado".

Era una amenaza a tener en cuenta, porque ya había sucedido. En el año 2000 Azhar Ali Mehmood quemó la casa donde vivía Lucy Lowe, que tenía 16 años y de la que llevaba abusando más de dos años; Lucy llegó a dar a luz a un hijo de ambos concebido en 1997 cuando tenía sólo catorce años. En el inciendo murieron ella, su hermana Sarah de 17 años y su madre Eileen. Mehmood fue encarcelado por el crimen, pero nunca fue arrestado ni acusado por su relación con la menor, pese a ser diez años mayor que la víctima.

Según otras víctimas, el asesinato sirvió como advertencia para otras niñas. Una de ellas, drogada y violada en grupo por nueve hombres dos años después, confesó que las amenazas la llevaron a intentar suicidarse: "Tenía miedo de que mi familia muriera como la de Lucy. Pensé que la única forma de que estuvieran seguros era matándome."

En 2002, Beck Watson (13) murió en un accidente automovilístico que fue calificado en ese momento de una broma que salió mal por las autoridades. Según revelan sus diarios, Watson llevaba siendo violada desde que tenía once años. Su madre afirma que le dijo a la policía lo que su hija estaba padeciendo e incluso les facilitó una lista de sospechosos: "Las niñas como Becky fuero tratadas como delincuentes. Estaba pidiendo ayuda a gritos pero sentí que no tenía ningún sitio al que acudir. Si hubieran investigado lo de Becky entonces podrían haber salvado a muchas otras chicas de pasar por ese infierno".

Vicky Round, una amiga de Beck Watson, sufrió abusos de la misma banda que la enganchó al crack cuando tenía doce años y a la heroína cuando tenía 14. Murió por las drogas a los 20 años y su hermana Emma está convencida de que seguiría viva de no haber sido por ellos: "Pese a lo que le hicieron siguen caminando libres por nuestras calles".

Pasó una década desde que se supo hasta que se investigó

Al igual que pasara en Rotherham, los abusos llevaban teniendo lugar mucho, mucho tiempo; los primeros casos datan ¡de 1981! Y al igual que entonces, los documentos indican que las autoridades sabían del problema mucho antes de empezar a investigarlo oficialmente, en parte por no querer parecer racistas al ser los violadores de "la comunidad asiática", el eufemismo habitual para referirse a musulmanes paquistaníes que ha llevado a portavoces de las comunidades hindúes y sikh a protestar por el término, al considerar que su uso les mete en el mismo saco. A menor escala, algo similar sucedió en Rochdale, localidad del área metropolitana de Manchester.


Comentario: ¿Alguien en su sano juicio puede creerse que a estas miserables fuerzas del orden les puede preocupar parecer racistas viendo el desprecio y la insensibilidad que mostraron ante tales crímenes contra criaturas inocentes? Éste ha sido y es el modus operandi en el Reino Unido, no hacer NADA para defender a las víctimas de pederastas.


La profesora Liz Kelly, que colaboró con el informe que sacó a la luz el escándalo de Rotherham, ha estimado que las víctimas en Telford rondan el millar, una cifra menor que la de entonces, pero en una ciudad más pequeña, de sólo 170.000 habitantes, cerca de Birmingham. Los trabajadores sociales sabían lo que pasaba desde finales de los años 90, pero la policía no empezó a moverse hasta 2009. Pese a identificar una banda de 200 criminales bajo la llamada Operación Chalice, sólo encontró pruebas para encarcelar a siete de ellos en 2012: los hermanos Ahdel y Mubarek Ali, Mohammed Ali Sultan, Tanveer Ahmed, Mohammed Islam Choudhrey, Mahroof Khan, y Mohammed Younis. Los funcionarios del ayuntamiento describían a las víctimas como "prostitutas" y no hicieron nada por miedo a parecer racistas.

Pese a dicha operación, no está claro que la actitud de las autoridades haya cambiado mucho. El capellán de la policía local, Keith Osmund-Smith, fue suspendido durante un año tras declarar en 2016 que dudaba que los agentes hicieran algo con toda la información que se les pasaba. Recientemente pasaron de investigar un caso tras cinco denuncias hasta que intervino la parlamentaria de Telford, la conservadora Lucy Allan, que está pidiendo una investigación independiente similar a la realizada en Rotherham, dada la magnitud y la gravedad del caso. Lo hizo ya en 2016, pero las autoridades locales convencieron al secretario de Interior de que no era necesario.