Las redes sociales se colaron en nuestra vida prometiéndonos que podríamos conectar fácilmente con todos. En el fondo, la promesa implícita que nos enganchó es que ya no volveríamos a estar solos. Prometía borrar de un plumazo el fantasma de la soledad indeseada que azota unos tiempos modernos marcados por la individualización.
Faceboook
Sin embargo, las redes sociales traían algunos "efectos adversos" de los que nadie nos advirtió. De ello se dio cuenta Eric Vanman, profesor de Psicología de la Universidad de Queensland. Este psicólogo reconoce que ha sido usuario de Facebook durante 10 años pero que a medida que aumentaba su número de amigos online, comenzaba a sentirse más agobiado por la presión social.

Entonces experimentaba la necesidad de desconectarse de las redes sociales durante algunos días. Inmediatamente experimentaba una sensación de alivio pero a medida que pasaba el tiempo ese estado se transformaba en la incómoda sensación de que se estaba perdiendo algo importante. Esa sensación lo empujaba a acceder de nuevo, comenzando una vez más el ciclo.

Vanman habló con sus compañeros psicólogos sobre esa situación y descubrió que les ocurría exactamente lo mismo. Por eso, decidieron investigar más a fondo el asunto.

Desconectarse de Facebook disminuye el nivel de cortisol, la hormona del estrés

Los investigadores reclutaron a 138 usuarios activos de Facebook. A la mitad de ellos les pidieron que abandonaran por completo Facebook durante cinco días, mientras que la otra mitad siguió usando la red social con normalidad. Los participantes rellenaron encuestas sobre su satisfacción con la vida, nivel de estrés, estado de ánimo y la soledad experimentada, tanto antes como después del experimento. También se monitorizó su nivel de cortisol, una medida fisiológica del estrés, a través de muestras de saliva.

Los psicólogos descubrieron que el breve descanso de Facebook impactó positivamente en el nivel de estrés. Estas personas reportaron sentirse menos estresadas y su nivel de cortisol, efectivamente, disminuyó durante esos días que se mantuvieron desconectados.
Curiosamente, también pasaron más tiempo con sus amigos. Al contrario, en el grupo que se mantuvo conectado a la red social, el nivel de estrés fue estable. Estos resultados nos llevan a preguntarnos: ¿Por qué Facebook nos mantiene estresados?

Los ingredientes que convierten a Facebook en una "bomba explosiva"

- La retroalimentación constante nos engancha

Este no es el primer estudio que nos alerta de los peligros ocultos de las redes sociales. Por una parte, se encuentra el problema de que las redes sociales proporcionan una retroalimentación constante, un flujo continuo de actualizaciones, comentarios y "me gusta" al que nos volvemos adictos. Eso alimenta el miedo a perdernos lo que está ocurriendo, un fenómeno conocido como FOMO (Fear of missing out), lo cual causa ansiedad.

Vivir pensando en lo que podría estar sucediendo en el mundo digital genera un estado de aprehensión que no es saludable y se parece bastante al que se experimenta durante la adicción o el trastorno de ansiedad generalizada.

- La comparación social ascendente nos hunde

Un estudio realizado en la Universidad de Colonia añade más leña al fuego. Estos psicólogos comprobaron que las redes sociales como Facebook alimentan el fenómeno de la "comparación social ascendente"; es decir, la tendencia a compararnos con quienes se encuentran "por encima", de manera que el éxito de los demás termina siendo una "comprobación" del fracaso propio. Se trata de un mecanismo muy peligroso que alimenta la envidia y la sensación de inferioridad.

Al respecto, Zygmunt Bauman dijo que las redes sociales eran una trampa pues han hecho que "la fuerza impulsora de la conducta ya no sea el deseo más o menos realista de mantenerse al nivel de los vecinos, sino la idea, nebulosa hasta la exasperación, de alcanzar el nivel de las celebridades". Se trata de una mezcla tóxica donde esas expectativas a menudo poco realistas chocan constantemente contra el muro de la realidad, exacerbando la sensación de fracaso, impotencia e insatisfacción.

Como resultado, muchas personas se sienten inadecuadas, lo cual les genera un exceso de preocupación y estrés. De hecho, otro experimento realizado en la Benedictine University en Arizona reveló que en realidad "conocer" antes a una persona a través de Facebook no disminuye el estrés en el momento de encontrarse cara a cara sino todo lo contrario, lo aumenta. Estos psicólogos creen que se debe a que nos comparamos con esa persona, que normalmente publica en la red social una vida idealizada, lo cual genera la sensación de no estar a la altura.

Vale aclarar que el fenómeno de la comparación no solo se basa en las imágenes que los demás suben a sus redes sociales sino en un mecanismo aún más perverso: el número de compartidos y "me gusta", algo que muchos asumen como símbolo directo del nivel de aceptación social, extroversión y éxito en la vida.

Por tanto, no es difícil atar cabos y comprender por qué tomarnos un respiro de Facebook puede disminuir el estrés y la ansiedad.
Fuentes:

Vanman, E. et. Al. (2018) The burden of online friends: the effects of giving up Facebook on stress and well-being. J Soc Psychol; doi: 10.1080/00224545.2018.1453467.

Appel, H. et. Al. (2015) Social Comparison, Envy, and Depression on Facebook: A Study Looking at the Effects of High Comparison Standards on Depressed Individuals. Journal of Social and Clinical Psychology; 34(4): 277-289.

Rauch, S. M. et Al. (2014) Face to Face Versus Facebook: Does Exposure to Social Networking Web Sites Augment or Attenuate Physiological Arousal Among the Socially Anxious? Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking; 17(3): 187-190.