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Alejandro Vollbrechthausen es un hombre afortunado.

No sólo tiene un nombre increíble, sino que además el director gerente de Goldman Sachs con un MBA de la Escuela de Negocios Kellogg (de la Universidad de Northwestern) acaba de ser nombrado para liderar las operaciones brasileñas de la firma.

En la actualidad, los banqueros en Brasil ganan más dinero que sus colegas en Nueva York, según un importante cazatalentos de Wall Street. Y tiene sentido. Según una reciente lista de las ciudades más caras para vivir, São Paulo se ubicó seis posiciones por encima que la Gran Manzana, mientras que Rio de Janeiro quedó sólo dos lugares por debajo de Nueva York.

Pero los banqueros en Brasil trabajan duro por su dinero, haciendo negociaciones en un mercado donde una larga lista de contactos y una vasta experiencia hacen una gran diferencia, incluso más que en Manhattan.

Para tener una idea de lo insular que es el mercado, revise algunos acuerdos recientes. En abril, las firmas brasileñas se quedaron con todas las comisiones cobradas en la venta de acciones de US$3.500 millones de la siderúrgica Gerdau SA y la salida a bolsa de US$587 millones del minorista Magazine Luiza SA.

Para remate, las firmas de inversiones de capital privado que intentan ingresar al país están absorbiendo parte del mejor talento.

La pregunta ya no es qué tan maduro está el mercado, sino cuánta fruta puede ser cosechada por James Dimon, de J.P. Morgan Chase, y Lloyd Blankfein, de Goldman Sachs, y el resto de la banda de Nueva York. Goldman aún lidera el campo de las fusiones y adquisiciones en América Latina, pero el español Santander y el local Itaú Unibanco se le están acercando rápidamente.