(Chile) - Acostumbrados a la sequía extrema, los microbios no se adaptan a la nueva situación. El rango de extinción llega al 85 por ciento.
Las primeras lluvias en 500 años devastan a los microbios del desierto de Atacama,desierto Atacama
© Carlos González Silva / El MundoUno de los lagos efímeros formados en Atacama después de las lluvias de 2015 y 2017.
El desierto de Atacama, el más seco y antiguo de la Tierra, situado al norte de Chile, durante 500 años ha permanecido sin lluvias. Pero en los últimos tres años, por primera vez, precipitaciones intensas han azotado el lugar.

Esta situación ha afectado gravemente a los únicos seres vivos que habitan el lugar: los microbios. Según publica un estudio en la revista Nature Scientific Reports, dirigido por investigadores del Centro de Astrobiología, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, los microbios han sido incapaces de adaptarse al nuevo clima en el desierto.

El investigador del CSIC Armando Azúa-Bustos, explicó: "Nuestro grupo ha descubierto que, contrariamente a lo que cabría esperar intuitivamente, el aporte de agua no ha supuesto un florecimiento de la vida en Atacama, sino que por el contrario las lluvias han causado una enorme devastación en las especies microbianas que habitaban estos lugares antes de las precipitaciones"

Alberto G. Fairén, investigador del CSIC en el Centro de Astrobiología, agregó: "Nuestro trabajo muestra que las elevadas lluvias han causado la extinción masiva de la mayoría de las especies microbianas indígenas. El rango de extinción llega al 85%, como resultado del estrés osmótico que ha provocado la abundancia repentina de agua: los microorganismos autóctonos, que estaban perfectamente adaptados a vivir bajo condiciones de extrema sequedad y optimizados para la extracción de la escasa humedad de su entorno, han sido incapaces de adaptarse a las nuevas condiciones de súbita inundación y han muerto por exceso de agua".

De esta forma, explicó Fairén, "el rango de extinción fue del 85%, principalmente debido al estrés osmótico", es decir, por una situación de desequilibrio debido a los cambios en el aporte de agua.

"Ante las nuevas condiciones de inesperada inundación, las bacterias no han sido capaces de adaptarse y han muerto por exceso de agua", agregó Fairén.

Los resultados del estudio han sido sorprendentes, afirmó Fairén, al comparar otros estudios realizados en el desierto. "Otros grupos habían visto que las lluvias traen un florecimiento de la vida en Atacama, pero su estudio se hizo en zonas hiperáridas, donde suele llover cada década más o menos, y el nuestro se ha hecho en el corazón hiperárido del desierto, el punto más seco de la Tierra, donde nunca se han registrado lluvias desde hace 500 años. La respuesta de los microorganismos que habitan en uno y otro lugar después de las lluvias ha sido totalmente diferente", explicó el científico.