Traducido por el equipo de Sott.net en español

El poeta escocés Robert Burns escribió: "Oh, si algún poder nos otorgara el don de vernos a nosotros mismos como nos ven los demás". Pensé en esto mientras leía lo que seguramente sea el colmo de las tonterías rusofóbicas, esta vez sobre los dibujos animados de Masha y el Oso.
russia masha bear
Global Look Press / Daniel Karmann
Resulta que soy un rusófilo y lo he sido durante más de 50 años. Pero tengo cuatro hijos menores de 12 años y todos ellos han amado a Masha y a su amigo el gran oso protector sin una sola explicación mía sobre el Estado y la Revolución o las limitaciones de la Nueva Política Económica de Lenin. Normalmente espero a que mis hijos tengan 12 años para explicar que: Socialismo = Poder Soviético más electrificación.

En cualquier caso, Masha y el Oso no viven bajo el socialismo, viven en un Estado capitalista, la nueva política económica es la misma que la del resto del mundo. Su Rusia ya está bien electrificada, y la revolución y el poder soviético están en el museo. Más bien es una lástima, desde mi punto de vista, pero aquí estamos.

Embajada rusa en el Reino Unido: The Times trata un tema importante hoy: ¿Cómo puede el Reino Unido salvarse de "Masha y el Oso"? ¿Fundar un Centro de Excelencia Anti-Dibujos Animados en algún lugar del Báltico? ¿Poner a todos los dibujantes en una lista de sanciones de la UE? ¡Sin duda se requiere de un enfoque decisivo -y muy caro!
Lo que es asombroso es que, a pesar de todo eso, el miedo y el odio a Rusia continúa como si Stalin, la Comintern y la línea del partido de clase contra clase del Tercer Periodo siguieran vigentes.

Y así cualquier cosa bonita o atractiva que emana de Rusia debe ser atacada por los anticuerpos de los medios de comunicación occidentales como si fuera un virus. Masha y el Oso, un virus.

Sin embargo, me he sentado con cuatro niños, uno tras otro sobre mis rodillas, mirando estos dibujos animados, totalmente ajeno a una pizca de política de cualquier tipo que se propague.

A diferencia de los equivalentes occidentales de Masha y el Oso.

Cuando tenía la edad de mis hijos, llevaba una dieta diaria de héroes de tiras cómicas que salían volando directamente del campamento del imperialismo occidental (y vivían para contarlo).

Teníamos a Biggles, un aviador imperialista, y al inglés Lobo de Kabul (y su guía afgano neandertal "clicky ba" -así llamado porque golpeaba a los tontos enemigos del inglés con un palo de críquet ["cricket-bat"]). Teníamos al Llanero Solitario y su resignado y salvaje tío Tom, Toro. Teníamos a Tin-Tin.

Pero por encima de todos ellos, estaba Superman, por supuesto. "Por la Verdad, la Justicia y el Estilo de Vida Americano", que tensaba cada uno de sus tendones (¡cuán diferentes podrían haber sido las cosas si el bebé Superman hubiera aterrizado en las estepas en vez de en la pradera estadounidense -y pusiera su formidable hombro al servicio de Stalin para construir el Socialismo!)

En una década nunca he oído a Masha ni a su oso decir ni una sola palabra sobre el "Estilo de Vida Ruso". Nunca he visto menospreciar, humillar, orientar o tratar con condescendencia a un solo nativo, en ninguna parte. Nunca he oído que se haga proselitismo por el imperio, por la supremacía racial o por el derecho de su país a subyugar a otros. Todo ha sido sólo diversión limpia y buena. Pero tal vez no tengo el ojo para el método subliminal.

Pero hay quienes sí lo tienen.
putin propaganda
Pervertidos occidentales, ¡Putin viene por USTEDES!

Masha y el Oso
tiene miles de millones de visitas en YouTube y más de 4 millones de suscriptores y pocos sabían realmente que el presidente Putin estaba detrás de ellos. ¡Resulta qué el diabólico "Kremlin", según mi periódico dominical, ha "acelerado" sus esfuerzos propagandísticos al ramificarse al español! ¡Y continuando con Netflix!

El año pasado, un profesor de la Universidad de Tallinn, Priit Hobemagi, afirmó que la pequeña Masha (o quizás su oso) era "un peligro para la seguridad nacional de Estonia".

Y ahora un "experto en inteligencia" inglés, Anthony Glees, de la Universidad de Buckingham, explica en mi periódico que "Masha es enérgica, incluso algo canalla, pero valiente", igual que Rusia, según implica. "Ella pega por encima de su peso. No es descabellado verla como Putinesca", explica el "experto en inteligencia".

Aunque Masha y el Oso no tengan nada que ver con el Kremlin ni con Putin, y es un asunto perfectamente capitalista del sector privado, que (presumiblemente) le ha generado a sus creadores un montón de asquerosos rublos en ganancias privadas, los aborrecedores de Rusia no pueden escapar a su sinónimo de que cualquier cosa buena de Rusia debe ser un complot de Putin.
Sobre el autor

George Galloway fue miembro del Parlamento Británico durante casi 30 años. Presenta programas de radio y televisión (incluyendo RT). Es cineasta, escritor y orador de renombre.