Traducido por el equipo de SOTT.net en español

Las conspiraciones para el bien y para el mal existen tanto ahora, como desde tiempos inmemoriales, escribe Matthew Ehret. La única cuestión es a qué propósito quieres dedicar tu vida.
Sunstein and Power
© Flickr/Mary Calvert
Si empiezas a sentir que las fuerzas que controlan los gobiernos de Occidente van a por ti, es probable que seas un loco paranoico o un obstinado realista.

En cualquier caso, significa que tienes algunos problemas importantes en tus manos.

Si no te encuentras entre los estratos de teóricos de la conspiración con sombreros de papel de aluminio esperando en un búnker a que los extraterrestres ataquen o salvar a la sociedad de la gente lagarto que cambia de forma, sino que estás contemplando cómo, en la década de 1960, un gobierno en la sombra tomó el control de la sociedad sobre los cadáveres de muchos patriotas asesinados, entonces tienden a surgir ciertas conclusiones.

Tres conclusiones elementales para la gente pensante

La primera conclusión a la que probablemente llegues es que el gobierno de Estados Unidos acaba de sufrir el primer golpe de Estado en más de 58 años (sí, lo que ocurrió en 1963 fue un golpe de estado). Aunque se está volviendo un poco prohibitivo pronunciar tales palabras en voz alta en la sociedad educada, la biógrafa oficial de Nancy Pelosi, Molly Ball, escribió recientemente un escandaloso artículo en la revista Time titulado "La historia secreta de la campaña en la sombra que salvó las elecciones de 2020" en el que admitía esta conspiración diciendo:

"Incluso aunque parezca un sueño febril paranoico, una cábala bien financiada de gente poderosa, que abarca industrias e ideologías, trabaja junta entre bastidores para influir en las percepciones, cambiar reglas y leyes, dirigir la cobertura de los medios y controlar el flujo de información". (Para que no pienses que se trata de una subversión de la democracia, Ball nos informa de que "no estaban amañando las elecciones; las estaban fortificando").

Otra conclusión a la que podrías llegar es que muchas de las figuras políticas que creías que servían a quienes las eligieron para el cargo, en realidad sirven a los intereses de una camarilla de tecnócratas y multimillonarios que ansían la deconstrucción de la civilización occidental bajo algo llamado "un Gran Reinicio". Mientras que no hace mucho esto se desechaba como una teoría de la conspiración infundada, incluso la viceprimera ministra de Canadá (y becaria de Rhodes que apoya a los neonazis), Chrystia Freeland, decidió convertirse en fideicomisaria del Foro Económico Mundial hace apenas unas semanas. En este papel, Freeland se une a su compañero tecnócrata de Oxford, Mark Carney, en su mutuo esfuerzo por formar parte del movimiento nuevo para descarbonizar la civilización y hacer que el feudalismo vuelva a ser guay.

Por último, puede que te des cuenta del hecho de que haber llegado a estas conclusiones se está convirtiendo por sí mismo cada vez más en una forma de delito del pensamiento castigado de diversas formas desagradables elaboradas por una serie de nuevas normas de emergencia sin precedentes que proponen ampliar la definición de "terrorismo". Los implicados bajo la nueva definición serán aquellas amplias franjas de ciudadanos de naciones occidentales que no estén de acuerdo con las creencias operativas de la oligarquía gobernante.

Ya está en marcha una revisión de 60 días del ejército estadounidense para purgar las fuerzas armadas de todos esos "criminales del pensamiento", mientras que se ha redactado una legislación macartista para limpiar todos los puestos de trabajo del gobierno de "teóricos de la conspiración".

Otro anuncio sorprendente del Boletín de Asesoramiento sobre Terrorismo Nacional es que los terroristas domésticos incluyen: "extremistas violentos motivados ideológicamente con objeciones al ejercicio de la autoridad gubernamental [y] agravios percibidos alimentados por falsas narrativas".

Aunque todavía no está totalmente codificado en la ley (si bien lo estará si no se corta de raíz pronto), puedes estar seguro de que las cosas ciertamente se están moviendo rápidamente, ya que, ante nuestros propios ojos, el derecho a la libertad de expresión está siendo destrozado por medio de la censura en los medios sociales e internet, anulando todas las opiniones consideradas inaceptables para la clase dominante.

La conspiración para subvertir la teoría de la conspiración

Esto no debería ser una sorpresa, ya que la nueva incorporación de Biden al Departamento de Seguridad Nacional es una extraña figura llamada Cass Sunstein, que describió de forma célebre exactamente cómo iba a ser esto en su infame informe de 2008 "Teorías de la Conspiración" (en coautoría con Adrien Vermeule, de la Facultad de Derecho de Harvard). En este estudio poco apreciado, el dúo preveía que la mayor amenaza para la élite gobernante tomaba la forma de "teorías conspirativas" dentro de la población estadounidense, utilizando como ejemplos de este delirio: la idea de que el gobierno tenía algo que ver con los asesinatos de John F. Kennedy y Martin Luther King Jr, o la planificación y ejecución del 11-S.

Para que quede claro, conspiración significa literalmente "dos o más personas que actúan juntas de acuerdo a una idea e intención convenidas".

El hecho de que Vermeule haya hecho una carrera jurídica argumentando que las leyes deben ser interpretadas no por las "intenciones" de los legisladores, sino más bien de acuerdo al análisis coste-beneficio, nos da una visión útil de la mente desquiciada de un tecnócrata y del razonamiento delirante que niega lo que ha dado forma literalmente a TODA la historia de la humanidad.

En su "erudito" ensayo, los autores escribieron "la existencia de teorías conspirativas tanto nacionales como extranjeras, sugerimos, no es un asunto trivial, planteando riesgos reales para las políticas antiterroristas del gobierno, cualquiera que sea esta última". Después de establecer su argumento sobre la amenaza de las conspiraciones, Sunstein dice que "la mejor respuesta consiste en la infiltración cognitiva de los grupos extremistas".

No siendo uno de los que se limitan a hacer críticas, el proactivo Sunstein expuso cinco posibles estrategias que los ingenieros sociales que manejan a la población podrían desplegar para desactivar esta creciente amenaza diciendo:
"(1) El gobierno podría prohibir las teorías de la conspiración. (2) El gobierno podría imponer algún tipo de impuesto, financiero o de otro tipo, a los que difunden esas teorías. (3) El gobierno podría participar en el discurso contrario, reuniendo argumentos para desacreditar las teorías de la conspiración. (4) El gobierno podría contratar formalmente a partes privadas creíbles para que se dediquen a contrarrestar el discurso. (5) El gobierno podría entablar una comunicación informal con dichas partes, animándolas a ayudar".
(Os dejaré pensar cuáles de estas prescripciones se pusieron en práctica durante los 12 años siguientes).

Cass Sunstein era especialmente sensible a este peligro en gran medida porque 1) él mismo formaba parte de una conspiración muy fea y 2) es un conductista de renombre mundial.

El problema de la realidad para los conductistas


Como conductista económico y abogado que defiende que todos los "derechos humanos" deberían extenderse a los animales (borrando la línea que separa la dinámica humana de la ley de la selva, del mismo modo que cualquier fascista), Sunstein lleva décadas intentando modelar el comportamiento humano con simulaciones informáticas en un esfuerzo por "gestionar científicamente" dicho comportamiento.

Tal y como se expone en su libro Nudge (del que es coautor junto con el premio Nobel por su teoría del comportamiento Richard Thaler), Sunstein "descubrió" que las personas tienden a organizar sus patrones de comportamiento en torno a ciertos impulsos fundamentales, como la búsqueda del placer, la elusión del dolor y ciertos impulsos darwinianos del sexo, popularidad, deseo de conformidad, deseo de novedad y codicia.

Uno de los principios clave del conductismo económico, que se repite en manuales tan populares como Freakonomics, Nudge, Predictably Irrational, The Wisdom of Crowds y Animal Spirits, es que los humanos están determinados biológicamente por sus impulsos darwinistas, pero, a diferencia de otros animales, tienen el defecto fatal de ser fundamentalmente irracionales en su núcleo. Dado que los humanos son fundamentalmente irracionales, dice el conductista, es necesario que una élite ilustrada imponga el "orden" en la sociedad mientras mantiene la ilusión de la libertad de elección desde abajo. Este es el supuesto subyacente de la doctrina de la Sociedad Abierta de Karl Popper, que fue alimentada por el protegido de Popper, George Soros, y que anima la Teoría General de la Reflexividad de Soros y su Instituto para el Nuevo Pensamiento Económico (INET) con sede en Oxford.

Esto estaba en el corazón del llamamiento del zar de la ciencia de Obama, John Holdren, a favor de un gobierno mundial en su Ecoscience de 1977 (coescrito con su mentor Paul Ehrlich) donde el joven misántropo imaginaba un futuro mundo utópico gobernado por una clase magistral gestionada científicamente, diciendo:
"Quizás esas agencias, combinadas con el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) y las agencias de población de las Naciones Unidas, podrían eventualmente desarrollarse en un Régimen Planetario: una especie de superagencia internacional para la población, los recursos y el medio ambiente. Un Régimen Planetario tan completo podría controlar el desarrollo, la administración, la conservación y la distribución de todos los recursos naturales, renovables o no renovables".
La advertencia: si los impulsos darwinianos mezclados con "espíritus animales" irracionales fueran realmente todo lo que anima a los sistemas que los conductistas desean mapear y manipular (también conocidos como "impulsos" con recompensas y castigos), entonces un sacerdocio científico sería de hecho una forma viable y quizás necesaria de organizar el mundo.

Afortunadamente, la realidad es un poco más elegante y digna de lo que los conductistas quieren admitir.

Por qué los modeladores informáticos odian la metafísica


En una inspección más cercana de la historia, encontramos innumerables casos en los que las personas moldean su comportamiento individual y grupal en torno a conjuntos de ideas que trascienden los impulsos materiales controlables. Cuando esto ocurre, esos individuos o grupos tienden a resistirse a adaptarse a los entornos creados para ellos. Este increíble fenómeno se observa empíricamente en la forma de la Revolución Americana, los Levantamientos del Gueto de Varsovia, los movimientos por los Derechos Civiles e incluso algunas audaces manifestaciones de protestas contra los bloqueos que se están llevando a cabo en todo el mundo.

Entre las variables más problemáticas que alteran los modelos informáticos se encuentran: "Conciencia", "Verdad", "Intenciones", "Alma", "Honor", "Dios", "Justicia", "Patriotismo", "Dignidad" y "Libertad".

Cuando los individuos configuran sus identidades en torno a estos principios tan reales, aunque inmateriales (también conocidos como "metafísicos"), no pueden ser "empujados" hacia decisiones predeterminadas que desafían la razón y la moralidad. La adhesión a estos principios también tiende a proporcionar a las personas pensantes una importante ventaja adicional de perspicacia creativa necesaria para cortar las falsas narrativas explicativas que intentan ocultar las mentiras tras la apariencia de verdad (también conocida como sofistería).

Como se ha visto en múltiples ocasiones a lo largo de la historia, estos individuos que valoran la salud de sus almas por encima de la intimidante (y extremadamente maleable) fuerza de la opinión popular, decidirán a menudo sacrificar la comodidad personal e incluso sus vidas para defender aquellos valores que sus mentes y conciencias consideran importantes.

Estos raros, pero inestimables, ejemplares a menudo se resisten a las políticas que amenazan con anular sus libertades o socavar la base de la capacidad de su sociedad para producir alimentos y energía para sus hijos y nietos. Lo peor es que su ejemplo suele ser extremadamente contagioso, haciendo que otros miembros de la clase ovejuna crean que ellos también son humanos y están dotados de derechos inalienables que deben ser defendidos.

Las intenciones que ordenan la historia mundial

Quizás, lo más "destructivo" de todo es que estas personas atípicas tienden a buscar cosas abstractas como "causas" en las dinámicas históricas que conforman el contexto de su época actual, así como su entorno geopolítico actual.

Siempre que se hace este tipo de pensamiento, las narrativas cuidadosamente elaboradas y alimentadas a las masas por una élite ilustrada suelen fracasar en su poder de persuasión, ya que los buscadores de la verdad pronto se dan cuenta de que las IDEAS y las intenciones (también conocidas como conspiraciones) dan forma a nuestro pasado, presente y futuro. Cuando las intenciones dominantes que dan forma a la trayectoria de la sociedad son conformes a la Ley Natural, la humanidad tiende a mejorar, las libertades aumentan, la cultura madura y el mal pierde su dominio. A la inversa, cuando las intenciones que impulsan la historia no son conformes a la Ley Natural, ocurre lo contrario, ya que las sociedades pierden su aptitud moral y material para sobrevivir y se deslizan cada vez más rápidamente hacia las edades oscuras.

Mientras estaba sentado en una cárcel de Birmingham, Alabama, en 1963, el reverendo Martin Luther King Jr. describió esta realidad con elocuencia cuando dijo:
"Una ley justa es un código hecho por el hombre que se ajusta a la ley moral o a la ley de Dios. Una ley injusta es un código que no está en armonía con la ley moral. Cualquier ley que eleve la personalidad humana es justa. Cualquier ley que degrade la personalidad humana es injusta [...] Uno tiene no sólo una responsabilidad legal sino también moral de obedecer las leyes justas. A la inversa, uno tiene la responsabilidad moral de desobedecer las leyes injustas".
Desde la organización de la Academia de Platón y sus esfuerzos por formar a un Rey Filósofo que venciera a las fuerzas del Imperio Persa, hasta los esfuerzos de Cicerón por salvar la República Romana, pasando por las batallas de San Agustín por salvar el alma del cristianismo, hasta nuestra época actual, las conspiraciones para el bien y las contraconspiraciones para el mal han dado forma a la historia. Si uno comenzara una investigación sobre la historia sin comprender que las ideas y las intenciones causaron la trayectoria de la historia, como es la práctica habitual entre los profesores de historia dominantes en el mundo actual, entonces uno se volvería incapaz de comprender nada esencial sobre su propia realidad.

Es irrelevante que los conductistas y otros fascistas deseen que sus víctimas crean que la historia simplemente ocurre porque los impulsos miopes aleatorios conducen cinéticamente los eventos en una línea de tiempo, la verdad de mi afirmación existe para que cualquier buscador serio de la verdad la descubra por sí mismo.

De vuelta a nuestra triste situación actual


Ahora todos sabemos que Sunstein pasó los años siguientes trabajando como el zar regulador de Obama junto a un ejército de compañeros conductistas que tomaron el control de todas los resortes de la elaboración de políticas, como se indica en el artículo de la revista Time del 13 de abril de 2009 "Cómo Obama está utilizando la ciencia del cambio". A medida que el tejido de la civilización occidental y los valores tradicionales de la familia, el género, e incluso los conceptos macroeconómicos como el "desarrollo" se degradaban durante este período, el complejo militar-industrial tuvo un gran éxito, ya que la esposa de Sunstein, Samantha Power, trabajó estrechamente con Susan Rice en la promoción de los "bombardeos humanitarios" de las pequeñas naciones bajo la doctrina de Soros de la Responsabilidad de Proteger.

Después de que se anunciara la agenda del Gran Reinicio en junio de 2020, Sunstein fue reclutado para dirigir el ala de propaganda de la Organización Mundial de la Salud, conocida como el Grupo de Asesoramiento Técnico de la OMS, donde sus habilidades en la modificación del comportamiento de las masas se pusieron en práctica para contrarrestar la peligrosa propagación de las teorías de la conspiración que persuadieron a gran parte de la población mundial de que la Covid-19 era parte de una conspiración mayor para socavar la soberanía nacional e imponer un gobierno mundial.

El jefe de la OMS describió el mandato de Sunstein en los siguientes términos:
"Ante la pandemia de la Covid-19, los países están utilizando una serie de herramientas para influir en el comportamiento: Las campañas de información son una herramienta, pero también lo son las leyes, los reglamentos, las directrices e incluso las multas... Por eso la ciencia del comportamiento es tan importante."
Hoy en día, cientos de conductistas de la era Obama han vuelto a fluir a posiciones influyentes del gobierno bajo la nueva gobernanza "científicamente gestionada", basada en la evidencia, que vuelve a la vida bajo Biden prometiendo deshacer los días oscuros del presidente Trump.

Los ideólogos que han sido grabados llamando al gobierno mundial, la eliminación de los enfermos y los ancianos (ver Por qué espero morir a los 75 del arquitecto del Obamacare, Ezekiel Emmanuel) y el control de la población están fluyendo de nuevo a posiciones de influencia. Si crees que algo de lo que han hecho para volver al poder es ilegal, o antitético a los principios de la Constitución, entonces estos tecnócratas quieren que sepas que eres un teórico de la conspiración delirante y, como tal, representas una amenaza potencial para ti mismo y para la sociedad de la que no eres más que una parte.

Si cuestionas las narrativas de la Organización Mundial de la Salud sobre la Covid-19 o dudas del uso de las vacunas producidas por organizaciones como Astra Zeneca debido a sus vínculos con organizaciones eugenésicas, entonces eres un teórico de la conspiración delirante.

Si dudas de que el calentamiento global está causado por el dióxido de carbono o que la aplicación de los acuerdos climáticos de París puede causar más daño a la humanidad que el cambio climático, entonces debes ser un teórico de la conspiración.

Si crees que el gobierno de Estados Unidos acaba de pasar por un cambio de régimen coordinado por algo llamado "el estado profundo", entonces corres el riesgo de ser etiquetado como una amenaza delirante para "el bienestar general" que merece el tipo de tratamiento dispensado a cualquier terrorista típico.

Parece que las muchas comodidades que hemos dado por sentadas durante los últimos 50 años de estupor ebrio llamado "globalización" están llegando rápidamente a su fin, y afortunadamente no una sino dos intenciones opuestas de lo que será el nuevo sistema operativo están compitiendo activamente por el control. Este enfrentamiento se vio con toda crudeza durante la Cumbre de Davos de enero de 2021, en la que el llamamiento de Xi Jinping y Putin a un nuevo sistema de cooperación en el que todos salgan ganando, la multipolaridad y el desarrollo a largo plazo contrarrestan a los ideólogos unipolares de suma cero de Occidente que buscan deshacer los cimientos de la civilización industrial.

Se mire como se mire, las conspiraciones para el bien y para el mal existen ahora, como lo han hecho desde tiempos inmemoriales. La única cuestión es a qué propósito quieres dedicar tu vida.
Sobre el autor

Matthew Ehret es el editor jefe de la revista Canadian Patriot Review, miembro destacado de la Universidad Americana de Moscú, experto del BRI en Tactical Talk, y ha sido autor de tres volúmenes de la serie de libros "Untold History of Canada" ("Historia no contada de Canadá"). En 2019 cofundó la Fundación Rising Tide, con sede en Montreal. Se puede contactar con él en matt.ehret@tutamail.com