Parece que, según avanza el tiempo, nos vamos dando cuenta que una cosa es lo que nos cuenten los políticos acerca del número de inoculados y otra muy distinta es el número de personas que se están dejando engañar.
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En Nueva York, un hospital del norte del estado se ha visto obligado a anunciar el cierre temporal de la planta de maternidad al encontrarse sin suficiente personal. El motivo es que muchos trabajadores de esa planta han renunciado a su puesto ante la obligatoriedad de la inoculación.

Así lo ha declarado el director ejecutivo del Sistema de Salud del Condado de Lewis, Gerald Cayer, quien lo ha anunciado en una conferencia de prensa el pasado viernes, según publica WWNY. Según Cayer, seis empleados de la unidad de maternidad han renunciado y otros siete están "indecisos", lo que provoca que el hospital no pueda atender los partos de forma segura.


Comentario: Y esto es por culpa de las medidas draconianas de los poderes establecidos y las direcciones de los hospitales -como en el caso de este artículo- que se pliegan por dinero y terror a los protocolos criminales que imponen las élites.


"Vamos a pausar el servicio y así nos enfocaremos en contratar enfermeras que estén vacunadas, de esta forma podremos volver a atender a las mujeres que vengan para dar a luz aquí en el condado de Lewis", afirmó Cayer.

Se nos está quedando un mundo de lo más ridículo y dictatorial. Resulta tremendamente llamativo que sean, precisamente, sanitarios los que no cometan el error de inocularse. Cuántas personas habrán visto pasar delante de sus ojos con serios problemas después de la inoculación. Imaginen.