Traducido por el equipo de SOTT.net

Se ha recuperado un fragmento de la bola de fuego que explotó el 15 de febrero. Es probable que otros fragmentos de la pesada roca espacial se esparcieran por los alrededores.
fireball fragment
© Robert Ward/American Meteor SocietyPrimer plano del fragmento de bólido recuperado.
Un meteoro de gran tamaño, que pesaba lo mismo que un piano de cola, explotó recientemente en los cielos de Texas, pudiendo haber regado los alrededores con fragmentos más pequeños. Según los expertos, ya se ha recuperado uno de estos trozos de meteorito, que podría revelar más información sobre nuestro vecindario cósmico.

El meteoro, probablemente un pequeño asteroide, entró en la atmósfera terrestre el 15 de febrero hacia las 17.00 (hora central de EE.UU.) y se desintegró en un estallido de llamas a unos 33,8 kilómetros (21 millas) por encima de la ciudad de McAllen. Este tipo de roca espacial se conoce como bola de fuego por el brillante destello que emite al romperse, debido a la fricción entre el objeto que se desplaza a gran velocidad y el aire de la atmósfera.

"Basándose en el análisis de la información preliminar procedente de varias fuentes, los expertos de la NASA creen que el objeto era un meteoroide de unos 0,6 metros de diámetro y 454 kilogramos de peso", escribieron en Facebook representantes del Observatorio de Meteoros de la NASA. El meteoro viajaba a unos 43.450 km/h cuando explotó y liberó la energía equivalente a unas 8 toneladas de TNT, añadieron.

El tamaño y la velocidad del meteoro sugieren que los fragmentos probablemente alcanzaron el suelo sin quemarse por completo, escribieron los representantes de la NASA.

El 18 de febrero, Robert Ward, un cazador de meteoritos afincado en Arizona, recuperó un fragmento del meteorito cerca de El Sauz, Texas, tras trazar la trayectoria de los restos utilizando datos de un radar meteorológico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, según la Sociedad Americana de Meteoros (AMS por sus siglas en inglés).

"Cuando se recogen y estudian muestras como los restos de este evento, mejoran nuestra comprensión del origen y la evolución de nuestro sistema solar", escribieron los representantes de la NASA.

Es probable que haya más fragmentos dispersos en la misma zona que el fragmento de Ward. Si alguien encuentra uno en un terreno de su propiedad, es el propietario del fragmento, pero si lo encuentra en un terreno público debe ponerse en contacto con el Instituto Smithsonian, que gestiona la Colección Nacional de Meteoritos, escribieron los representantes de la NASA.

En una extraña coincidencia, la reciente bola de fuego llegó exactamente 10 años después del meteorito de Cheliábinsk, que era unas nueve veces más grande que la bola de fuego de Texas y explotó sobre Rusia el 15 de febrero de 2013, con la fuerza equivalente a unas 30 bombas de Hiroshima, dijo Mike Hankey, gerente de operaciones de AMS, a Live Science en un correo electrónico.

La reciente bola de fuego fue también el tercer meteoro con forma de bola de fuego detectado en todo el mundo en otros tantos días: El 13 de febrero, un meteoro explotó en los cielos de Francia, y el 14 de febrero una roca espacial se rompió sobre Italia, según la AMS. Es más, los tres meteoritos producidos han sido recuperados por expertos, lo que es muy poco frecuente, añadió Hankey.
Sobre el autor:

Harry Baker es redactor de Live Science en el Reino Unido. Estudió Biología Marina en la Universidad de Exeter (campus de Penryn) y, tras licenciarse, creó su propio blog, "Marine Madness", que sigue dirigiendo con otros entusiastas de los océanos. También le interesan la evolución, el cambio climático, los robots, la exploración espacial, la conservación del medio ambiente y cualquier cosa que haya sido fosilizada.