
En medio de una crisis hídrica sin precedentes causada por la sequía, la represa Paso Severino -situada sobre el río Santa Lucía Chico- se encuentra en el nivel más bajo desde que fue construida, en 1983. Actualmente está al 2 % de su capacidad.
Este embalse, que surte de agua a Montevideo y a la zona metropolitana, ha visto disminuir el volumen del agua de 65 millones de m³ a 1,5 millones los últimos meses.
Según la información de Obras Sanitarias del Estado (OSE) y del Ministerio de Salud Pública (MSP), ese embalse registró una reserva de 1.565.255 m³, mientras que el consumo capitalino y de la zona metropolitana es de 505.581.
Las precipitaciones que se han registrado en el sur del país, principalmente sobre el departamento de Florida, a unos 100 kilómetros de la capital uruguaya, han permitido una mínima variación en las reservas del embalse, no obstante, la cantidad de agua sigue siendo insuficiente.
Desde el pasado 5 de julio, el nivel del agua tuvo un aumento de 1.367.065 a 1.565.255 m³. A pesar de ello, la situación sigue siendo de emergencia y el tiempo apremia a la hora de encontrar una alternativa que pueda mitigar los devastadores efectos de la sequía que, desde hace tres años, azota a Uruguay.
Ayuda y respuesta
El pasado viernes, se conoció que Argentina ofreció enviar al país vecino una planta potabilizadora móvil con una producción de 1.700 sachet de medio litro por hora y el desplazamiento de operarios para la producción, recoge el diario uruguayo El País.
Del mismo modo, propuso el envío de un buque de la Armada equipado con una cisterna de 300 toneladas de capacidad de agua. Estos ofrecimientos, reporta la prensa, se hicieron a través de una nota diplomática con la finalidad de "dar respuesta a las poblaciones vulnerables afectadas por la crisis hídrica".

En el contexto de tensas relaciones entre ambos países, que quedaron en evidencia durante el reciente encuentro del Mercosur, el presidente argentino, Alberto Fernández, afirmó el pasado domingo que "en Montevideo abren las canillas y el agua no sale", al referirse al "gran desafío" del cambio climático y la sequía en Uruguay.
Estas declaraciones causaron molestia en los sectores oficialistas del país vecino, que calificaron de falsas esas afirmaciones debido a que no se ha interrumpido el suministro de agua, a pesar de que se encuentra en peligro.
"Mentiras internaciones: el presidente argentino Alberto Fernández dijo en un discurso, que en Uruguay no sale agua de las canillas", escribió la senadora del gobernante Partido Nacional, Graciela Bianchi.
Agua salada
En Montevideo, donde vive aproximadamente un tercio de la población de ese país suramericano, el agua para el consumo humano ha aumentado sus niveles de concentración de cloruro de sodio, por lo que la ciudadanía ha reportado el cambio de sabor, a través de videos en las redes.
La razón para que esto haya ocurrido es que las autoridades sanitarias han tenido que usar agua de una zona del río Santa Lucía, una cuenca estratégica del país que surte al 60 % de territorio, cercana al Río de la Plata, que tiene mayor salinidad.

En Uruguay, los valores máximos permitidos por litro de agua son de 720 mg para los cloruros y de 440 mg para el sodio, según La diaria política.
Aunque el agua sigue siendo bebible, las autoridades no descartan que eventualmente tenga que recomendarse el uso de agua embotellada.
Por ahora, el Gobierno anunció que trabaja en la construcción contrarreloj de una obra de emergencia para trasvasar agua dulce desde el río San José al Santa Lucía, recoge El País.
Comentarios del Lector
a nuestro Boletín